SOMMER
—¿Recuerdas tu palabra de seguridad? — Gruñe.
—¡No! Ni de puta broma voy a hacer esto aquí... — Intento apartarlo.
—Bambola ¿Recuerdas tu palabra de seguridad? — Reitera la pregunta.
—¡He dicho que no! — Intento sonar convencida.
—Nadie nos verá ¿Crees que permitiría que alguien viera lo que es mío? Primero los mato, pero antes les saco los ojos — Me acaricia el rostro — Ahora responde ¿Recuerdas tu palabra de seguridad?
La tensión de sus brazos me dice que apenas se contiene: tiene hambre y está más que dispuesto a comerme viva.
—Sí — Musito — La recuerdo. La usaré... si la necesito— Es todo el estímulo que necesita.
Captura mi boca bajo la suya, abrazándome con fuerza, aplastándome entre su cuerpo y la pared. Me quedo sin aliento mientras me besa y muerde a lo largo del cuello, dejándome puntos urticantes que sé que serán oscuros chupetones por la mañana.
Quedaré cubierta de sus marcas, y los moratones son difíciles de ocultar; ya me imagino las miradas socarronas que me echaran mañana en el trabajo.
De repente, Alessandro se arrodilla y me levanta la pierna para que descanse sobre su hombro, abriéndome las piernas ante su cara.
— Levántate el vestido— Gruñe, y yo obedezco, trato de no gemir patéticamente antes de que haya empezado. Sus fuertes manos me aprietan los muslos, luego suben más y me separa los labios con los dedos — Joder, mira lo mojada que estás — Se relame los labios. Sus dedos frotan mi coño y saliendo resbaladizos de mi excitación — Has goteado por todas tus piernas, eres una chica tan sucia.
Me cubro la cara con las manos, incapaz de soportar que me mire con aquellos ojos malvados y hambrientos. Pero no va a dejar que me esconda tan fácilmente. Empieza a masajearme el clítoris, y la estimulación concentrada me hace jadear, casi perdiendo el equilibrio.
>>Mírame, Sommer — Me ordena — No me escondas la cara, ¿entendido? — Destapo los ojos, con la cara caliente, justo a tiempo para verlo inclinarse y enterrar su cara entre mis piernas.
Le agarro el cabello con violencia mientras su lengua se desliza entre mis pliegues y se arremolina sobre mi clítoris, provocando una oleada tras otra de placer. Mientras me come, echa la mano hacia atrás, me aprieta el culo y luego agarra el plug que latía dentro de mí y empieza a apretarlo y a tirar de él lentamente.
—Oh joder — Jadeo, mis palabras apenas perceptibles ya. Sólo soy capaz de gemir en forma de vagas palabras — Alessandro... por favor...— Se ríe y, con su boca contra mí, las vibraciones por sí solas casi me ponen al borde del abismo.
No sé si podré mantenerme erguida mientras chupa y lame mi sensible montículo de carne. Empieza a mover el plug más profundamente, follándome con él mientras mi culo se contrae con la estimulación.
Estaba tan apretado...
Mi orgasmo está a punto de derrumbarme, y él suelta el plug para mantenerme de pie, con las manos agarradas alrededor de mi culo mientras su lengua me estimula sin piedad a través de las oleadas de éxtasis. Me tapo la boca con la mano, ahogando mis gemidos, y la vista se me desenfoca por un momento antes de volver a la realidad.
Alessandro se levanta, se relame como si acabara de disfrutar de la mejor comida de su vida y sonríe mientras su mano sale disparada y me agarra la cara.
—El mejor jodido sabor que he probado en toda mi maldita vida — Gruñe — Mírate. Que pervertida me saliste. Goteando y gimiendo en un callejón oscuro. ¿Crees que he terminado contigo? — Todavía recuperando el aliento, apoyada pesadamente contra la pared, intento sacudir la cabeza, pero su agarre no me lo permite.
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ENAMORADA DE MI AMO
RomanceUn italiano arrogante, exasperante, sexy e irresistible. Alessandro Greco es el dueño de un prestigioso conglomerado en el día y por la noche le encanta ser el amo y adueñarse de todas las mujeres, para someterlas a sus más perversos deseos. Sommer...