CAPITULO 25

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DESCONOCIDO

El sol golpea mi rostro, y me dispongo a salir del auto sabiendo lo que voy a hacer. Lo mismo ocurre con mi polla dura como una roca. Tengo una necesidad que solo una mujer logrará satisfacer. Ella ha estado sacudiendo mi vida hace un tiempo y es hora de presentar mi reclamo.

Un hombre solo puede tomar tanto antes de que se rompa.

Estoy vestido con un par de pantalones de deportivos negros y una camisa negra. Miro a través de espejo retrovisor por un momento, mirándome. Sonrío sabiendo que hoy voy a cumplir un anhelo que he estado muriendo por saciar, y ella va a tomarlo.

Últimamente es todo en lo que puedo pensar. Forzando mi camino entre sus suaves muslos y haciéndola tomar mi polla una y otra vez ...

Mi polla se agita entre mis pantalones con ese solo pensamiento. La he estado persiguiendo desde que salió de su apartamento, la he observado por días, y cada vez más mi obsesión se consolida.

Las cosas que planeo hacerle me deberían hacer sentir algo de culpa, pero lo único que tengo en mente es un solo pensamiento.

Mía.

Ha sido mía desde el primer día en que la vi, y estoy harto de esperar el momento en que pueda reclamarla.

La necesidad de tenerla es consumidora y quiero marcar cada parte de su cuerpo. Tengo la necesidad de dejar marcas de dientes en el interior de sus muslos. Pequeños moretones en sus caderas de mis manos que la sujetan mientras bombeo profundamente en ella.

Me la imagino con mordisco por todo su pecho y cuello, esos candentes los labios hinchados chupan mi polla.

Jesús voy a sufrir de bolas azules si no me entierro rápido profundamente ella.

Aprieto con fuerza el volante del auto y gruño mientras algunas gotas de esperma se escapan de mi pene. Estoy enojado porque se está desperdiciando. Cada gota debería ser tomada por su cuerpo. Me dejo ir después de un momento, y obtengo el control.

Estoy muy emocionado y necesito calmarme.

Saco mi teléfono y verifico el rastreador. Es algo que he estado haciendo desde hace un tiempo. Siempre sé dónde está ella en un momento dado.

La chica me enloquece. Me hace perder los estribos y es que nunca había sentido esto por una mujer, es una necesidad insana de tenerla para mí. De que yo sea el centro de su mundo. Es la maldita obsesión que me consume por doblegarla a mi antojo.

Sonriendo, abro la Puerta del auto, tomo mi sudadera gris con cremallera y me la pongo de camino. Me bajo del auto y empiezo a correr, no me toma mucho tiempo alcanzarla.

Cuando finalmente estoy lo suficientemente cerca para ver lo que está usando, mi sangre comienza a hervir. Aprieto los dientes, tratando de mantener el control que depende de un hilo delgado.

ENAMORADA DE MI AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora