CAPITULO 33

1K 91 10
                                    


SOMMER

Dos días.

Dos malditos días.

Dos días en los que no he podido dormir.

Dos días en donde la ansiedad cada vez es más.

Dos días en los que no he parado de pensar en la mirada dolida y solitaria que me dio Alessandro.

Ya han pasado dos días desde el encuentro tan desagradable con Alessandro, otra vez desde aquella vez no hablábamos, una vez más es como si la tierra se lo hubiera tragado. No puedo negar que he tenido muchas ganas de llamarlo, me muero por arreglar las cosas, pero no soy capaz, sus palabras me lastimaron, sus celos enfermizos me asfixian.

Por lo poco que me he podido dar cuenta, sé que la relación de sus padres lo marcaron mucho. Me muero por ayudarlo, quiero enseñarle que no todas las personas somos iguales, y que yo realmente lo amo, pero él me la pone difícil.

Joder si solo se abriera a mí.

Si solo me dejara entrar en esos muros tan alto que ha construido alrededor de su verdadero ser.

-¡Hola pequeña! – La voz Tedd me saca de aquellos pensamientos - ¿Estas bien? – Le doy una sonrisa y asiento con mi cabeza – Allá afuera hay una joven que te busca.

El corazón me late con rapidez. El pulso se me acelera y la respiración se me corta.

¿Quién será?

Frunzo el ceño y me atrevo a preguntar aun con el estomago revuelto.

- ¿Te dijo nombre?

-Dijo que se llamaba ¨Raquel¨ ¿Raquel Ross? – Mi cuerpo se tensa apenas escuchó ese nombre ¿Qué quiere esta tipa? ¿Por qué viene a buscarme a mi lugar de trabajo? - ¿La conoces?

El desayuno se me agria en el estómago. La ira comienza a hervir a fuego lento dentro de mí. El mal sabor en la boca solo hace que las nauseas sean aún más fuerte.

¿Qué diablos hace en mi biblioteca?

Intento forzar una sonrisa, pero aun así no puedo. No quiero verla, ella es una de las razones por la que mi relación se fue para el carajo. Aunque no puedo culparla de todo, Alessandro también tiene culpa en esto, dado que él fue el que se alejó antes de abrirse a mí.

– Tedd ¿No te dijo para que me busca? – Comienzo a sentirme un poco nerviosa.

Soy un manojo de nervios, revueltos con ira, rabia, tristeza y muchos sentimientos más. Un coctel bien cargado. Una tormenta que se está preparando para arrasar con todo a su paso.

-No pequeña, solo preguntó por ti y dijo que necesitaba hablar contigo ¿Qué le digo? – Yo miro a Tedd, le doy una sonrisa y me levanto de mi puesto de trabajo.

Si puede que ahora sea la maldita dueña del lugar, pero trabajo como todos los demás, nunca dejé mi puesto porque me encanta lo que hago. Soy la dueña solo en el papel, porque la biblioteca sigue funcionando igual.

-¡No te preocupes yo me encargo! – Le digo mientras me alejo de él.

Camino hasta la entrada de la biblioteca y al salir la veo allí, de pie, se ve hermosa, no lo puedo negar que esta mujer es como una muñeca. Tomo una bocana de aire, unas cuantas respiraciones más, y me mentalizo. No me voy a dejar, por más hermosa que sea, por más que haya sido el gran amor del hombre que ahora era mi hombre, no me iba a dejar opacar.

Una extraña posesividad se apodera de mí. Nunca había sido tan territorial. Esta sensación de defender lo que es mío, de no dejar que nadie me arrebate lo que tanto me ha costado conseguir.

ENAMORADA DE MI AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora