CAPITULO 15

1.7K 137 7
                                    

SOMMER

Alessandro rompe él beso. Ambos jadeamos y yo busco oxigeno ya que me he quedado sin él.

-Tengamos una cita – Su voz sale entrecortada.

-¿U-na cita? – Inquiero dudosa.

Alessandro asiente con la cabeza. Me da una gran sonrisa de esas que hacen que te derritas.

-Vamos a algún lugar. Donde quieras ir.

Pienso por uno momento y el rostro se ilumina.

-Quiero ir a un parque de juegos – Alessandro blanqueo sus ojos, pero acepto. Me dio el tiempo suficiente para ducharme y ponerme algo de ropa.

Cuando terminé de alistarme bajé y me encontré con él en la acera de mi edificio.

-Estas estupenda – Su voz profunda y suave, retumbaba en su pecho contra mi oído. Me tomé un momento para aspirar profundamente el aroma de su colonia. Dulce y fresca, me recordaba al verano, nos separamos y traté de controlar mi nerviosismo - ¿Estás lista? ¿Necesitas algo más?

-¡Estoy lista! – Le sonreí. Me abre la puerta y me acomodo en él, sus cristales tintados y sus asientos de cuero me dan la sensación de haberme sentado en una nave espacial. Y tengo razón: es rápido, zumbaba por las calles de la ciudad mientras Alessandro cambia de marchas sin esfuerzo, hablándome todo el rato. Tiene la música a un volumen bajo, pero es un grupo que reconocí, y el sabor familiar de la música es una agradable sorpresa.

-No creas que se me ha olvidado lo que pasó en el club ese – Dice de un momento a otro – Todavía estoy pensando en cómo voy a castigarte.

Blanqueo mis ojos.

-Ya te dije que no puedes hacerlo porque no soy una de tus sumisas – Suelto.

-No necesito que lo seas, para castigarte – Puedo sentir la advertencia que trae implícitas esas palabras, la posesividad de su expresión y el deseo que se dibuja en esos hermosos ojos azules.

El salón recreativo está unido a una bolera, y el exterior brilla con carteles de neón multicolores. Mientras caminamos juntos hacia la entrada, Alessandro se acerca, me coge de la mano y entrelaza sus largos dedos con los míos. Espero desesperadamente que no se dé cuenta de lo rápido que empieza a latirme el corazón al sentir la cálida sensación de su mano envolviendo la mía. Camina un poco por delante de mí, guiándome para poder abrir la puerta. Dentro, estamos rodeados de sonidos fuertes y luces parpadeantes de numerosos partidos. Es sábado por la noche, así que está lleno de gente, en su mayoría estudiantes de la universidad local. La máquina de fichas fue nuestra primera parada.

—Te pondré a cargo de esto — Dice y me entrega las fichas. Las pesadas monedas de oro casi se derraman en mi mano. —¿A qué jugamos primero?

No puedo creer que realmente estemos haciendo esto. Me emociona porque sé lo difícil que tiene que ser para él, romper sus esquemas y salir a una cita conmigo.

—Algo emocionante — Susurro, mirando a mi alrededor. Necesito sacar algo de mi energía nerviosa antes de empezar a tropezar con mis propias palabras — ¡Ah, ése! — Señalo un juego de motos, en el que el mando es una moto de imitación sobre un muelle.

Alessandro coge la moto junto a la mía, y los juegos nos emparejamos para competir.

—Oh, te van a dar una paliza — Dice flexionando la mano sobre el acelerador. Comienza la carrera.

Alessandro se adelanta inmediatamente, y rápidamente descubro que mis habilidades en el juego eran mediocres... en el mejor de los casos. Frenéticamente tratando de maniobrar la moto hacia adelante y hacia atrás, tambaleándome salvajemente de lado a lado, me está haciendo jadear de risa y arruinando aún más mis posibilidades de ganar. Las vibraciones de la moto entre mis piernas y el significado pervertido que mi mente le atribuye inmediatamente a sus palabras hicieron que mis muslos se contrajeran.

ENAMORADA DE MI AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora