Aria Montanari
- ¡Me importa una mierda lo que digan!¡Ella se queda conmigo! – mi palma golpea la mesa con fuerza, alzó la voz totalmente molesta.
Llevo casi dos horas en la maldita estación.
Intenta llevarse a Bria de nuevo a ese maldito orfanato de mierda.
No lo voy a permitir.
- Señora Montanari, entienda…
- No, entiendan ustedes – le cortó –. Se escapó porque la maltratan e intento acudir a mi. Tengo los recursos para cuidar de ella, me importa poco que los trámites sean largos pero ella se queda conmigo – miro a la mujer de protección de menores –. Si el menor se encuentra en un ambiente seguro se le permite permanecer en ese, ¿O me equivocó? – niega –. Perfecto. Si necesita hacer una inspección adelante no me opongo, pero ella se queda conmigo, lo demás lo arreglan con mi abogado.
Salgo de la oficina y voy directo a la sala donde la tienen. Abro la puerta y una oficial intenta que hable pero no lo consigue.
Cuando su mirada me enfoca se acerca a mi, me inclinó para tomarla en brazos y salir de aquí.
- Señora, no puede llevarse a la niña.
- Si puede y lo haré. Hablé con su superior.
Salgo del lugar para ir a casa y que ella pueda descansar.
El médico privado nos espera en casa para poder revisarla y recetarle los medicamentos necesarios para tratar sus heridas.
Ni porque vieron las heridas y golpes de su cuerpo, aún así querían mandarla a ese lugar de mierda.
Una vez en la camioneta miro a Marco.
- Saquen todas las cosas que nos puedan afectar de la mansión, trasládenlo a la bodega.
- Si, señora.
****
Miro a la pequeña mientras que suelta pequeños quejidos mientras que Silas el médico de la familia revisa y cura sus heridas.
- Listo – dice mientras cierra su maletín –. Fuiste una niña muy valiente – le sonríe –. Toma, te lo ganaste por portarte muy bien – le tiende una paleta y ella la toma.
- Gracias.
Asiente, guarda sus cosas y luego me indica que lo acompañe, me levanto y le doy un beso en la frente a Bria regalándole una sonrisa antes de acercarme a Silas.
- Ten – me entrega una receta – aplica la pomada dos veces a al día por una semana y estará bien.
- De acuerdo.
- No todas las niñas tienen el valor de ella. Haz le unos estudios para verificar que todo esté orden, desconozco con que pudieron golpearla – asiento a sus indicaciones –. Buenas noches – sale de la habitación acompañado por una del servicio.
Cierro la puerta y me acerco a la cama.
Está recostada, con las sábanas cubriéndole hasta su cintura.
- ¿Soy mala? – niego –. La señora dijo que era mala y que por eso me castigaba.
- No, claro que no lo eres – tomo un mechón de su cabello y lo coloco detrás de su oreja –. Recuerdas lo que te dije.
ESTÁS LEYENDO
La Dama Italiana [+18]
ActionAveces tienes que volver para sanar realmente. Aria Montanari regresa después de dos años a tomar lo que por derecho es suyo. Pero su vida da un giro cuando conoce a un tierna niña que le recuerda mucho lo que perdió. Pero... ¿Que pasa cuando aún ha...