La Dama Italiana [+18]

CAPITULO 45

Narrador Omnisciente

La mujer suelta un suspiro cansado, toda esta situación le disgusta. Jamás quiso que su hijo se metería dentro de este mundo.

Su reflejo le demuestra lo que se ha convertido en estos días.

Una mujer apagada, sin luz, vacía.

Ella jamás quiso está vida, pero al ser la única heredera del clan Morelli no tuvo muchas opciones, después la obligaron a casarse con el heredero de la mafia, Antonio Amato.

Una mafia que lideró Italia por muchos años. Un poder que jamás creyeron que perderían, pero todo eso les costó por un simple error, un error que la Cosa Nostra aprovecho para liderar Italia.

Ya que de las cuatro mafias principales, ellos eran los que tenían más poder, eran liderados por la familia Montanari.

Desde ahí comenzó su conflicto.

Se pone pie y se dirige a su armario, sin muchos ánimos se coloca el primer vestido que encuentra. Se arregla lo mejor que puede y sale de su habitación en busca de su hijo.

Desde que volvió, no hay día que no intente hacerlo cambiar de opinión, pero cada vez era más inútil. Sin embargo, no perdía las esperanzas.

Toca la puerta del despacho y espera por largos minutos hasta que le permite pasar, se abre paso hasta colocarse frente al escritorio viendo a su hijo del otro lado concentrado en varios papeles.

- Salvatore.

- ¿Si? – responde su hijo de manera cortante sin levantar la mirada.

Él sabe porque su madre está ahí y poco a poco comienza acabar con su paciencia.

- Hijo, deja esto. No te impido que líderes la mafia, sino que dejas está venganza absurda q… – la interrumpe.

- ¿Absurda? – finalmente levanta la mirada, en otro momento Nahia hubiera sentido miedo por lo que los ojos de su hijo reflejan, pero lleva años recibiendo ese tipo de amenazas silenciosas, que ya no tienen efecto sobre ella –. Crees que la muerte de mi hermano no merece ser vengada o la de papá, ¿No lo merecen?

- Tanto tu padre como tú hermano cometieron actos que se castigan con muerte, lo sabes.

- Esa maldita zorra engaño a mi hermano y lo asesino, ¡¿Qué acto hizo según tu para merecer la muerte?! ¡¿Qué acto dime?! – levanta la voz.

Ella no era capaz de decirle lo que su hermano le hizo a la mujer que lo amaba con gran locura, la mujer que estaba dispuesta a dar todo por él.

No quería que él tenga un mal concepto de su hermano, así que siempre opta por ocultar la verdad, del porque su hijo si merecía morir.

- Porque no lo hay – su voz hace que salga de sus cavilaciones –. Esa mujer merece todo lo que le estoy haciendo y que agradezca que no me he vuelto a meter con su maldita hija.

- Salvatore…

- Lárgate, no hagas que te saque a jalones.

La mujer mira sorprendida a su hijo.

¿De verdad es capaz de hacerlo eso a su propia madre?

Ella misma sabía la respuesta, y era si, él sería capaz de eso y más. Después de todo ella jamás lo crío, esos seis años no se comparan con los veintidós años que lo criaron sus “padres”.

Le dolía, en el fondo, le dolía que jamás pudo criar a su hijo, por eso cuando sus otros dos hijos le dijeron que no querían pertenecer a la mafia, se negó.