CAPITULO 32

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Leone Grasso

Ingreso al apartamento donde me estoy quedando durante estos días que estaré aquí en Roma.

Es una ciudad preciosa.

Lástima que no vine admirar bellezas de mi querida Italia, estoy aquí por negocios tanto legales como ilegales.

Necesitaba cerrar un acuerdo con un viejo socio, es como un tío para mí, siempre estuvo con mi padre apoyándolo y ha estado a mi lado desde que asumí el mando de las empresas exportadoras.

Y tengo una reunión con un vendedor de armas, Dante lo busco para ayudarnos más con la recuperación del lote que hay que mandarle a los Irlandeses.

Aria mando ese cargamento ya que mandarlo desde Calabria es más seguro a la hora de exportarlos.

Digamos que yo influyó en esa parte.
Abro el refrigerador y saco la jarra de jugo, sirvo en un vaso y vuelvo a guardarla. Saco del horno la comida que Massimo me compro antes de que llegara.

Cómo con tranquilidad y lavo los trastes que utilice apenas termino.
Estoy apunto de ir y darme una ducha cuando mi jefe de seguridad hace acto de presencia.

- Aria fue atacada.

- ¡¿Qué?!

- Estaba en una de las bodegas cuando explotó.

- ¿Ella está bien?

- Si, está a salvo.

Siento como el aire que había abandonado mis pulmones regresa permitiéndome respirar de nuevo.

La mujer a recibido más ataques de muerte de las que puedo contar con los dedos, incluso antes de tomar el mando de la Cosa Nostra.

Es un imán para este tipo de cosas.

Debería hacerse una limpia o algo por él estilo.

Quizás no debería sorprenderme, pero el panorama cambia cuando es tu mujer la que es atacada y aparte tiene una hija en casa que no sabe dentro de qué mundo nos movemos.

Llevo mi mano al bolsillo de mi pantalón y saco mi teléfono, su contacto es el primero en aparecer y marco.

- Estoy bien – es lo primero que dice al contestar.

- ¿Estás herida?

- No, Santino me protegió y nos tiro detrás de unos arbustos antes de que todo explotara.

- ¿Santino? – mi voz cambia.

- Celoso – suelta un suspiro como si lamentará algo –. Mis juguetes estaban adentro, acaba de divertirme con ellos. ¡Acabamos de estar en una explosión y tú piensas en tus juguetes, loca del demonio! – una voz masculina se escucha al fondo y no es Marco –. ¡Deja de parar el oído en platicas que no te incumben! – le regresa de la misma manera.

- Aria…

- ¡Mira zángano, agradece que no te metí un tiro hace unos minutos! – sigue con su disputa con la persona que está junto a ella o al menos a una distancia considerable como para gritarse.

- ¡Aria! – elevó la voz.

La línea queda en silencio, tal vez cuando regrese en unos días intenté cortarme la polla por gritarle.

Quién sabe.

- No me grites.

- Solo así llame tu atención. ¿Qué juguetes estaban dentro?

- Los hombres de Votiakov que estuvieron en el atentado contra Bria.

¿Qué dijo?

Que eran hombres de Votiakov, sordo sin cerebro.

La Dama Italiana [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora