CAPITULO 26

134 12 0
                                    

Aria Montanari

Leone mira el enorme garaje frente a nosotros, tengo de todo.

Autos de todos tipos y modelos, camionetas, convertibles, motos y más.

Me acerco a una cajonera que tengo aquí y abro el segundo cajón, saco dos dispositivos que utilizaré y los dejo encima de esta, luego me acerco donde guardo las llaves y tomo la de dos mis bebés.

- Con que aquí termino este bebé.

Lo miro y veo que está acá acariciando el capo de un Ferrari rojo clásico de 1990. Lo gane en una de las subastas hace tres o cuatro años.

No recuerdo muy bien.

- Así que tú fuiste mi duro oponente.

- Que ironía, no crees.

Asiento.

- Ven - le indico y se acerca a mi con paso normal y calmado -. Quítate la chaqueta - me observa expectante pero lo hace y le enseño uno de los dispositivos que saque -. Este es un intercomunicador de circuito cerrado, los mande a fabricar un año antes de tomar el mando.

Él asiente a lo que digo mientas coloco la pequeña radio en su cinturón y lo ajusto con una línea que tiene incluida, jalo suavemente para asegurarme que está bien ajustada, paso el cable que está conectado por su espalda y lo ajusto a su oído.

- Bien, colócate de nuevo la chaqueta - le informo cuando termino, tomo su mano y le coloco una pulsera especial con dos botones identificados con el 1 y el 2.

- ¿Para que es?

- Con el uno podrás hablar solo conmigo y el dos con los demás hombres, Marco se encargo de ajustar los dispositivos de tus hombres, estos se conectan automáticamente con los demás dispositivos.

- De acuerdo.

Me ajusto el mío, con su ayuda paso el cable por mi chaqueta y lo ajusto en mi odio. Listo.

- Ten - le lanzó una de las llaves y la trapa en el aire - son Yamaha R1 y R6. Te llevarás la R6 - lo apunto con mi índice -. Cuídalo bien, son mis bebés.

Asiente y ambos nos montamos en las motos, antes de colocarme el casco presiono el botón dos en mi pulsera para hablar con Marco.

- ¿Marco, listos para seguirnos?

- Listos, señora.

Me pongo el casco dejando el resto de mi cabello al aire, el ruido del motor me estremece, asiendo vibrar mi cuerpo asiéndome soltar una risita.

Las puertas del garaje se abren mostrando el atardecer de Palermo. Acelero y salgo disparada y poco después escucho a Leone siguiéndome.

Vamos a una velocidad normal, por el momento, no quiero atraer a la policía antes de tiempo. Entramos a uno de los barrios peligrosos de Palermo, justo donde se realizan los encuentros a los que me encantan ir.

Pasamos las calles algo descuidadas, viendo a varías personas andando como si nada, teniendo en cuenta que no viven en un barrio seguro, dirigiéndonos a la costa directo a Spiaggia Sperone.

Bajo la velocidad y freno cuando llegó al enorme grupo de gente, la música suena en alto, es una parte retirada y lejos del ojo de la policía, hay varios carros deportivos y motos, varias personas beben y fuman, algunos se pasan la droga que distribuimos.

Mi acompañante se estaciona a mi lado, apagamos las motos y las estabilizamos, me quitó el casto y sacudo mi cabello para que se libere.

- ¡Es Alice! - grita alguien por lo alto.

La Dama Italiana [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora