CAPITULO 14

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Aria Montanari

Miro a Bria nadar en la parte baja de la alberca mientras estoy recostada en una tumbona, con un vaso de limonada en la mano mientras disfruto del sol.

Me sorprendió mucho que ella sepa nadar.

Cuando se levantó está mañana dijo que quería pasar tiempo en la alberca y no me negué, después de todo nuestro vuelo no sale hasta más tarde.

- Señora – apartó la mirada de mi hija, levanto mis lentes de sol dejándolos sobre mi cabeza y observo a la del servicio –, el señor Grasso con los señores Costa y Rossetti están aquí.

- Hazlos pasar.

Asiente y se aleja.

- Bria – me mira y le indico que salga y así lo hace, se acerca a mi, tomo una toalla y se la paso por los hombros – te voy a presentar a unas personas, son grandes amigos de mamá, de acuerdo?

- Si.

Me coloco el pareo blanco que queda a juego con mi traje de baño y lo ato a mi cadera. Dirijo mi mirada a la puerta que da al jardín y por ella salen los tres hombres y las dos mujeres.

Tomo la mano de Bria quien ahora tiene un camisón puesto.

- Dama – saluda Rossetti.

- Deja las formalidades por un rato, Vincenzo.

- Aria, me alegra que estés de vuelta.

- Y a mí estarlo.

- ¡Hay pero que tierna! – chilla Gia al ver a mi hija, luego me mira con esos ojos inquisidores – ¿No la secuestraste o si? – ruedo los ojos.

¿Por qué todo el mundo pregunta eso?

- Es su hija – comenta Leone.

- ¡¿Hija?! – dicen los otros cuatro individuos.

Gracias Leone, sin anestesia.

- Les presento a Bria Montanari, mi hija. Cariño – la miro a ella –, ellos son Vincenzo y Gianni Rossetti – señaló a la pareja – y ellos son Dante y Hazel Costa y a Leone ya lo conoces.

- Que original tu manera de presentarme – ironiza.

Gia se pone de cuclillas intentado igualar su altura.

- Hola pequeña, seré tu tía Gia, cualquier cosa que necesites llámame y si quieres hacer alguna travesura sin que mami se entere igual llama, yo te ayudo tratarlas.

- Pero me va a castigar cuando se entere – su voz denota el miedo.

Gia me mira confundida, niego.

Bria a vivido maltratos desde que llegó a ese orfanato, acostumbrarse a una vida donde eso quedará atrás será difícil para ella.

- Pues ir a nadar otro rato, Marco estará vigilándote y una del servicio estará a tu lado si necesitas algo, de acuerdo? – asiente y regresa a la alberca, mientras yo guío a los demás a la mesa del jardín.

- Aria, ella dijo que…

- Lo sé – la interrumpo, tomo una respiración profunda – conocí a Bria poco después de volver, te encariñas rápido con tan solo verla. Así que decidí adoptarla, los papeles eran largos por lo tanto no podía tenerla, más por el hecho de no tener una pareja, aún teniendo los recursos.

»Escapó ese mismo día que se la llevaron, cuando la encontré tenía golpes, me enteré que desde que llegó a ese lugar la trataban mal, todos los días eran casticos y golpes, incluso sino los mereciera.

La Dama Italiana [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora