CAPÍTULO 5

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Editado.

「𝕷𝖆 𝖗𝖚𝖕𝖙𝖚𝖗𝖆」

Me despierto por el sonido del despertador a mi lado sonando incesablemente. Estiro mi mano y como puedo lo apago, queriendo seguir durmiendo al menos cinco minutos más. 

Hasta que me doy cuenta: yo no tengo despertador.

Me siento abruptamente, intentando enfocar mi vista en el lugar a mi alrededor, entonces todos los recuerdos de la noche anterior invaden mi cabeza, estoy en la habitación de Steve.

Miro a los pies de la cama y puedo ver un jean azul junto a una blusa rosada. Me levanto de mi lugar, todavía algo dormida y me dirijo al baño de la habitación de Steve, rogando no encontrármelo ahí. Por suerte, el lugar está vacío, así que procedo a hacer mis necesidades y limpiarme la cara con agua fría para borrar los rastros de cansancio.

Busco en los cajones la pasta dental, pero me termino encontrando algo mucho mejor. Tomo el objeto entre mis manos y leo la etiqueta detenidamente "Farrah Fawcett Hair Spray". Suelto una carcajada, viendo el spray de cabello que usan todas las cuarentonas en el baño del gran Steve "El Pelo" Harrington, esto es como encontrar un tesoro para mí.

Vuelvo a dejar el spray en su lugar y, tras encontrar la pasta dental, limpio mis dientes con mi dedo y termino de arreglarme lo mejor que puedo. El lado bueno de tener rizos es que no necesito peinarme mucho para que mi cabello luzca bien, sin embargo y por las dudas, decido recogerlo en un moño, por si la parte trasera no luce bien.

Me acerco hacia la ropa y me quito el short de Steve para poder ponerme el jean de la Sra. Harrington, con éste no debo luchar para que entre, cosa que agradezco internamente porque hubiera sido vergonzoso. Tomo la blusa en mis manos y hago una mueca, viendo el estampado de colores que se encuentra sobre el fondo rosado, es la cosa más horrible que vi en mi vida.

Finalmente, decido dejarme la camiseta de Steve, metiéndola dentro del pantalón para hacerla lucir más corta y me miro al espejo. Sip, luce como algo que yo usaría. Me pongo mis converse verdes y acomodo un poco todo lo que dejé desacomodado en la habitación, es lo mínimo que puedo hacer para agradecerle.

Bajo las escaleras y me dirijo hacia la entrada, dispuesta a irme hacia las clases, pero un ruido en la cocina y un delicioso aroma a pan tostado hace que mi estómago ruja de hambre.

Me acerco lentamente a la cocina y no puedo evitar reír al ver al castaño peleando con la comida, intentando hacer un desayuno. Unas tostadas algo quemadas se encuentran sobre un plato, mientras él parece limpiar algo que se le cayó sobre la mesada.

Me apoyo en el marco de la puerta mirándolo con una sonrisa de costado, mientras el chico sigue inmerso en su tarea. En un momento, se voltea a buscar algo y es ahí cuando me ve, pegando un grito y dando un pequeño salto en su lugar. Lo miro incrédula unos segundos hasta que empiezo a reír a carcajadas.

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙩𝙮 𝙄𝙣 𝙋𝙞𝙣𝙠 || Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora