CAPÍTULO 36

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄

「𝕲𝖔𝖓𝖊 𝖇𝖚𝖙 𝖓𝖔𝖙 𝕱𝖔𝖗𝖌𝖔𝖙𝖙𝖊𝖓」

Los siete nos dividimos en tres grupos, por un lado van Nancy y Jonathan, por otro Steve y Robin y, por último pero no menos importante, Will, Lucas y yo. Cada grupo tomó una ruta diferente para poder ir al piso superior del centro comercial. Tenemos que movernos lo más lento posible para no despertar la atención del monstruo.

Una vez que estamos en nuestra posición, logro ver a Eleven tendida en el piso junto a Billy. El chico tiene venas negras todo a lo largo de su cuerpo y rostro mientras se mantiene en su lugar, mirando al Mind Flayer. Por otro lado, El tiene una expresión de completo horror mientras mira a la bestia.

Todo parece suceder en cámara lenta, de un momento a otro, Will arrebata el encendedor de mi mano y enciende uno de los fuegos artificiales, lanzándolo hacia la criatura.

—¡Desolla esto, monstruo de mierda! —grita mi hermano antes de lanzar otro cohete en su dirección, el cual cae exactamente en la boca del monstruo.

La bestia se retuerce en su lugar, pero vuelve a acomodarse dispuesta a atacarnos. Abro mucho los ojos, tomando mi otro encendedor para encender otro de los fuegos artificiales mientras una garra salida de la boca de la criatura comienza a acercarse a nosotros.

—¡Hey, imbécil! —escucho la voz de Steve— ¡Por aquí!

El monstruo se gira solo para recibir otro cohete en su rostro.

No perdemos tiempo y comenzamos a tirar todos los fuegos artificiales que podemos, siendo lo más rápidos posible para no dejarle tiempo al monstruo de atacar a alguno de los grupos. Todos cubrimos las espaldas de todos, siguiendo el plan al pie de la letra.

Mis ojos viajan hacia Billy, quien comienza a retorcerse del dolor, debo admitir que me duele ser la causante de su pronta muerte, pero no hay nada que podamos hacer para salvarlo, no esta vez.

Veo a Eleven comenzar a escaparse, pero el rubio la toma del pie, volviéndola a arrastrar hacia su posición anterior, mientras la agarra de los hombros y comienza a golpearla contra el piso.

—¡Billy, no! —chillo.

Para mi sorpresa, mi grito no pasa desapercibido entre todo el ruido, los ojos azules del chico se fijan en mí por unos segundos y puedo ver cómo su agarre sobre la niña se relaja. Parece que El comienza a hablarle, por lo que el chico vuelve sus ojos a ella, pero sin ser tan brusco como hace segundos atrás.

Lucas tira nuestra última munición y miro la escena en pánico, mientras que Will nos muestra nuestra canasta vacía. Llevo las manos a mi cabello, intentando pensar algo rápidamente.

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙩𝙮 𝙄𝙣 𝙋𝙞𝙣𝙠 || Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora