CAPÍTULO 23

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

「𝕴𝖓𝖉𝖎𝖆𝖓𝖆 𝕱𝖑𝖞𝖊𝖗」

Me apoyo en el hombro de Steve en el momento que el último cliente de la fila se va. Se nota que es verano porque todo el mundo parece morir por comer un helado, aunque debo admitir que la calidad de Scoops-Ahoy es inigualable. Pero últimamente siento que el trabajo nos consume tanto que ya no tengo tiempo para estar a solas con el chico.

Él se gira hacia mí con una sonrisa y rodea mi cintura con sus manos, dejando pequeñas caricias en mi espalda.

—¿Qué sucede, preciosa? —pregunta, mirándome a los ojos.

—No, no es nada —suspiro, restándole importancia— Solo... extraño nuestro tiempo a solas.

—También yo —hace una mueca— Siento que no estamos a solas hace meses, lo cual es gracioso porque anoche dormiste en mi casa —ríe.

Sonrío y asiento de acuerdo, apoyando mi frente en su hombro y relajándome con sus caricias en mi espalda.

—¿Sabes? Estuve pensando... —continúa el chico— Tal vez tendríamos más tiempo juntos si no salieras todas las semanas con el idiota de Billy Hargrove.

Frunzo el ceño y levanto la cabeza para mirarlo. No puedo creer que esté sacando este tema otra vez, es como si no se cansara de demostrar su disgusto hacia el chico. Además, Billy le pidió perdón en su cara, no es culpa del rubio que Steve le guarde rencor.

—¿Otra vez con eso, Steve? —me quejo— ¿En serio?

—Solo digo que no tienes necesidad de verlo siempre —insiste.

—No lo veo siempre, lo veo una vez a la semana —me defiendo— Y te recuerdo que su terapeuta le recomendó que se vea con amigos al menos tres veces al mes para poder relajarse y ser un adolescente normal.

—Sobre eso, sigo insistiendo en que es una mentira y solo te lo dijo para que sientas pena y accedas a verlo —añade el castaño— Y, aunque fuera verdad, ¿por qué esa amiga tienes que ser tú? Hay más personas en Hawkins.

Estoy por responder, comenzando a enojarme realmente, pero la ventana a nuestro lado se abre y una muy feliz Robin aparece a nuestro lado. Ella parece no notar la tensión en el ambiente mientras alterna la mirada entre ambos.

—Tenemos la primera oración —informa.

Steve quita sus manos de mi cintura y se acerca hacia la chica con sorpresa.

—¿En serio?

"La semana es larga" —recita la rubia, fingiendo un acento ruso.

Hago una mueca.

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙩𝙮 𝙄𝙣 𝙋𝙞𝙣𝙠 || Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora