CAPÍTULO 1

895 43 4
                                    

Editado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Editado.

「𝕷𝖔𝖘 𝖆𝖈𝖈𝖎𝖉𝖊𝖓𝖙𝖊𝖘 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖓」

Un suspiro se escapa de mis labios mientras me levanto de la mesa, caminando en dirección al pasillo que conduce a las habitaciones. Siento la molestia correr por mis venas en el momento en el que me doy cuenta que la habitación del muchacho continúa con la puerta cerrada. Miro el reloj colgado en la pared al final del pasillo, el cual indica que faltan veinte minutos para tener que entrar a clases. Chillo frustrada y toco por enésima vez la puerta de mi hermano, esperando a que esta vez responda.

—¡¿Puedes apurarte?! No es un buen día para llegar tarde, Lucas —me quejo, no recibiendo respuesta por su parte.

Alguien baja la escalera y frena a mi lado. Mis ojos se encuentran con mi pequeña hermana, quien está parada cruzada de brazos y negando con la cabeza mientras me mira.

—Yo digo que nos vayamos sin el idiota —dice Érica.

La observo por unos segundos, realmente considerando su propuesta. 

Amo a mis hermanos y suelo ser una persona bastante responsable, obvio sé que Lucas ya está más grande y necesita más tiempo para sus cosas y no le gusta tenerme a mí como niñera todo el tiempo, simplemente no puedo evitar el sentir que los dos pequeños son mi responsabilidad, porque lo son, pero eso no quiere decir que tengo que dejar mis obligaciones de lado por esperar al pequeño tonto que decidió comportarse como una jóven adolescente.

Finalmente suspiro y asiento lentamente con mi cabeza, alejándome unos pasos de la puerta.

—Nos vamos sin el idiota —repito, tomando la mano de mi hermana y comenzando a caminar.

Al volver al comedor, me acerco a mis padres para despedirme, mientras les aviso mi repentina idea de abandonar a Lucas, ya que no puedo llegar tarde a la clase del Señor Finch, obviamente me salteo la parte en la que el profesor me advirtió que, con una tardanza más, me bajaría un punto en mi trabajo final. No puede irme mal en ese trabajo, mi pasada de año depende de ello.

Salimos de la casa al mismo tiempo que un auto frena en la entrada. Una sonrisa de oreja a oreja se forma en mi rostro mientras veo al dueño del auto bajar la ventanilla, él asoma su cabeza mientras me sonríe. A su lado, en el asiento de copiloto, la otra persona se asoma, saludándome con su mano.

Érica y yo nos acercamos rápidamente, subiéndonos a los asientos de atrás. Me inclino hacia adelante para dejar un pequeño beso en las mejillas de los chicos y vuelvo a acomodarme en mi lugar, poniéndome el cinturón.

—No sabía que pasarías por mi hoy —le digo al mayor, un poco sorprendida.

—Asumí que llegarías tarde, así que decidí sorprenderte —responde, encogiéndose de hombros.

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙩𝙮 𝙄𝙣 𝙋𝙞𝙣𝙠 || Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora