Keira
Eran las 10:00 de la mañana segun el reloj a un costado de la cama, me estaba colocando la ultima prenda del conjunto que habia elegido del closet. La ropa se dividia en dos estilos, lo anticuado que era algo que hubiera sido sacado de la edad media, algo que normalmento no usaria, y lo moderno, que era algo un poco parecido a mi estilo. Me coloco unos pantalones acampanados de mezclilla que se amoldeaban a mi caderas y apretandose en mi cintura. En la parte de arriba me coloco un top corto blanco de tirantes gruesos. Finalmente voy y tomo los zapatos con que llegue ya que no tenia mas.
Hoy era dia de visitar el pueblo, pero antes queria convencer a los demas de poder pasar a mi departamento, si me iba a quedar aqui una semana, tenia que dejar con alguien a Bodoque y pasar por mas ropa y cosas necesarias. Me miro al espejo y mi rostro se ve algo palido y con ojeras, digamos que dormir en un lugar desconocido con desconocidoa que resultaron ser angeles caidos, no es algo que me haga dormir muy bien.
Necesito algo de maquillaje.
Acomodo todo en su lugar para despues salir de la habitación, sigo la dirección que me e memorizado para bajar y termino llegando a la sala principal, ahi estaba Nevan concentrado en una partida de ajedrez contra Kyrell, que parecia ser el que estaba ganando ya que su sonrisa victoriosa era notable en su rostro. En un sillón individual estaba Eamon, con una pierna recargada en su rodilla y un periódico que se veia muy distinto a los que conocía en sus manos. Era amarillento y hecho con tinta a mano, imagenes en blanco y negro apenas notorias, y sobre todo, tambien este estaba en un idioma desconocido.
-Damnare te fraudator stupri es- alza la voz empujando las piezas del tablero haciendo que Kyrell suelte una carcajada para murmurar con diversión -Discere perdere-
Justo estoy por hablar ya que no entendia ni un carajo lo que decian pero Eamon alza la mirada de su periodico y se centra en mi mirada -Buenos dias Kiera- comenta sin alguna emocion en su voz, esta solo era seca y gruesa.
-Hola- comento timida mirando a los chicos, pero la mirada de Eamon recorre mi cuerpo y el color de sus ojos parecen que se vuelven mas intensos, pero tal vez solo soy yo con mi cansancio.
-Mirate, que bella luces conejita, robaras miradas y suspiros de muchos en el pueblo- comenta mientras suelta un silbido y se acerca a mi coqueto. -Tal vez me ponga algo celoso-sonrie mientras hace a un lado un mechon de cabello que caia por mi frente.
-Creo que debes cambiarte- comenta Eamon, haciendo una leve pausa -lo que menos debes hacer es llamar la atención de los demas- comenta con seriedad, Kyrell se levanta y da unos pasos adelante -Yo creo que se ve bien, tal vez con algun adorno y lo que tenemos para poderla camuflar es mas que suficiente- Eamon suspira y se da media vuelta para empezar a caminar hacia la puerta- Bueno, entonces hay que irnos, hay mucho que recorrer -Nevan y Kyrell les sigue el paso pero yo hablo -Antes de irnos, ¿creen que podemos pasar a mi departamento? Necesito alimentar a Bodoque y pasar por algunas otras cosas- Kyrell alza una ceja -¿Que es un Bodoque?- comenta confundido -Mas bien quien es, y es mi cachorro, ya lo deje un dia sin comida y ya estoy lo suficientemente preocupada de que le pase algo – Kyrell iba a hablar pero Eamon se adelanta- Esta bien, pero rapido por que tenemos algunas cosas que hacer, y no las haremos un lado por un perro- al terminar solo se da la vuelta y sale por la entrada principal, siguiendole Nevan y Kyrell.
Los sigo por detras, pero me detengo en seco cuando cruzan la puerta y su vestimenta se transforma. Pasan de tener camisa y pantalon de vestir a un atuendo que jamas habia visto. Cada uno tenia uno distinto.
Nevan tenia una camisa negra con bordados
al final de la manga del mismo color, unas hombreras plateadas con detalles amarillos como sus ojos que tambien contaban con un bordado que no alcanzaba a detallar que era. Sus pantalones eran de una tela parecida al cuero pero con elegancia y delicadeza que hacia verlos de vestir. Unas botas largas de cuero del mismo color que la camisa. Una bolsa de cuero colgaba por su pecho terminando a un costado de su cadera, lo suficientemente ajustada para que no se pueda caer. Unos guantes negros que llegaban hasta por el ante brazo tambien de color negro y finalmente lo que mas llamaba la atencion, lo que parecia ser su estuche porta espadas, donde se veia el mango visible haciendo entender que hay una dentro de ella.
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Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...