Keira
Inhalo un poco de aire antes caminar hacia la puerta, atravesando esta, no sin antes agradecerle a Aurora por su trabajo, a pesar de no recibir alguna respuesta de su parte. Con los nervios de punta, tomo lo largo de mi vestido con mis manos para hacer mas fácil mi caminar, empezando a bajar las escaleras para llegar a la sala principal, percatándome de que los "invitados" habían llegado, debido a las pertenencias que cargaban algunas sirvientas, sin saber a donde ir, uno de ellos me guía hacia una habitación que jamas me había tomado el tiempo de indagar, dos altas puertas construían la entrada, y los guardias que custodiaban estas, se toman el tiempo de abrirlas al mismo tiempo dejándome ver el interior de la majestuosa habitación.
Una gran habitación iluminada debido a sus gigantescos ventanales en forma de arco dando la vista alta del pueblo en un día soleado, piso de mármol gargoleado que brillaba de lo limpio que se encontraba, había sirvientes en cada esquina acompañado de un guardia, los sirvientes tenían una charola en su mano dejándola sobre su hombro y los guardias con sus sentidos plenos en caso de ataque.
Al fondo se encontraba una pequeña orquesta que tocaba música clásica de manera suave y elegante, y en el centro de la habitación una larga mesa de cristal con largas sillas de gamuza que prometían ser confortables, una gran serie de personas se encontraban sentadas en cada una de las sillas, personas de diferentes especies que llamaban mi atención debido a sus características, pero la persona que iluminaba la habitación era aquel pelinegro de ojos azules que se encontraba sentado en el extremo de la mesa, pero el estaba sentado en un asiento mas grande que los demás, a excepción de el otro asiento libre que tenia a su lado que era del mismo tamaño que el de el.
La vista de cada individuo sentado en la mesa se posa en mi, creando un nudo en mi estómago debido a los nervios, mi mirada queda inerte en la mirada de Eamon, pero esta se tomaba el tiempo de recorrer mi cuerpo sin importar que estuvieran esperándonos, relame sus labios antes de centrar su vista en la mia, dejándome ver sus pupilas dilatadas que se estaban volviendo una costumbre de cada que me veía.
Finalmente se coloca de pie, haciendo que todos los demás se levanten también, inclinando un poco sus espaldas hacia Eamon, mientras este camina en dirección mia, se detiene a un espacio considerable entre ambos y nuevamente su mirada me recorre de abajo hacia arriba.
-Du bist so, Keira (Tan divina que eres, Keira).- susurra Eamon, algo en ese cambio de idioma, su acento y su voz ronca hacían que mi interior burbujeaba, cuando lo conocí decía que me molestaba que me hablara en otro idioma, pero ahora entiendo que no era molestia por ello, si no, molestia por lo que eso me causaba.
Eamon contaba con una camisa grisácea desabotonada de los primeros botones mostrando un poco la piel blanca de su peche, este era cubierto por un saco negro elegante con cuello redondo que se alzaba rodeando su cuello, en sus hombros estaba adornado por accesorios de plata que resaltaban de aquel atuendo oscuro, brillando llamando la atención de cualquiera, pantalón de vestir negro que estaba ajustado por un cinturón de cuero y finalmente unos mocasines negros lisos. Su cabello estaba colocado de lado dejando libre su rostro mostrándome aquellas perfectas facciones, sus orejas estaban alargadas y terminaban de forma puntiaguda, y aquellas suaves alas estaban estiradas de manera relajada.
Eamon estira su mano hacia mi y no dudo en tomarla, cuando nuestras manos se juntan veo como Eamon se inclina en dirección mia en forma de reverencia, alzando un poco la cabeza para mirarme a los ojos y dejar un suave beso en mis nudillos, dejando que mi corazón bombardee de manera abrupta.
Alcanzo a escuchar unos suspiros sorprendidos de parte de los invitados que se encuentran en la mesa, pero estaba tan inmersa en las sensaciones que me hacia sentir sus labios contra mi piel, que olvido su existencia. Eamon es quien se separa para enderezarse, pero en ningún momento suelta mi mano, en cambio, es el quien me guia a avanzar a mi lugar, cuando estaba por sentarme en una silla a un costado de Kyrell el agarre de Eamon se vuelve mas fuerte, sin llegar a lastimarme, volteo a verlo y veo su rostro confundido.
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Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...