Keira
Tras casi una hora de viaje, nos adentramos a la ciudad, y un sentimiento de paz invade mi alma, le doy la dirección de mi departamento a Kyrell y el las sigue sin refutar.
-Y como es que terminaste en un bosque a una hora de donde vives, a esas horas de las noche, si supieras la clase de locos que andan por ahi -comenta Nevan y le hago una mirada incredula como de "es en serio?" Y el solo me mira con inocencia y alza las palmas de sus manos- Bueno te pudo haber atacado algun oso, uno que se preocupa por ti -comenta con indignación falsa con una sonrisa divertida en su rostro-
-Me quede dormida- comento despues de una pausa larga -Siempre tomo el mismo autobus en dirección a mi departamento, pero cerre un poco los ojos y me quede dormida hasta la ultima parada. Tenia que cruzar el bosque para llegar a la otra parada del otro autobús para que me regresara a la ciudad, pero bueno, termine con ustedes- comento recargando mi cabeza en el respaldo y escucho la risa ronca de Kyrell al igual que la de Nevan, Eamon parece solamente estar perdido en su mundo.
El camino se basa de comentarios sin sentido de Nevan, peleas de Nevan y Kyrell sobre partidas de ajedrez, en las cuales pocas veces se integra Eamon en ellas. Yo solo sigo observando su vestimenta, era raramente atractivo en ella. A pesar que la mayor parte era metal, de alguna forma moldeaba su cuerpo como si fuera otra piel en el.
No pasa mas de 15 minutos cuando por fin llego a mi departamento, el alivio de ver mi edificio, me hace querer dar saltos en el asiento, pero me contengo, intento abrir la puerta de el auto pero Eamon interrumpe con su voz -Ni se te ocurra salir corriendo, que tardaras mas en esconderte que nosotros en encontrarte- comenta con esa mirada penetrante tan característica de el -No pensaba hacerlo- comento a lo que el solo me observa en silencio y finalmente asiente con la cabeza.
Salgo del auto y a pesar de solo llevar un dia con ellos, ver mi hogar me hacia sentir muy feliz, Bodoque deberia estar hambriento y preocupado, por lo cual me adelanto para despues sentir presencia detras mio. Sabia que era Eamon, su presencia era muy dominante y a la vez su olor era unico, era como de vino tinto con frutos rojos, es una rara combinación pero la verdad es que olia muy bien.
Giro mi cabeza para verlo y me sorprendo cuando su vestimenta estaba totalmente distinta, ahora simplemente parecia un chico de mi edad muy atractivo vistiendo unos jeans negroa y una playera holgada negra, acompañado de unos tennis y una gorra azul como sus ojos. Jamás comprenderé como funciona eso, como cambian repentinamente su vestuario.
Entro al departamento saludando al señor Michael de recepción, desde que llegue aqui el era el que me ayudaba en todo. -Hola señor Michael- le dedicó una sonrisa mientras me recargo en la barra de recepcion, el sonrie mientras limpia sus lentes con in trapito y se los coloca- Hola querida, el dia de ayer no llegaste en todo el dia, estaba a nada de ir a la policia para darte como desaparecida, me habias preocupado- rio y niego con la cabeza- Nunca se podra deshacer de mi, solo que ayer tuve unos asuntos que me impidieron venir -asiente con la cabeza y su mirada se fija en el chico que estaba detras mio, luego me mira a mi con una ceja alzada -Y este muchachito quien es? -cuando iba a responderle, Eamon da un paso enfrente quedando a mi lado y estira su mano hacia el señor- soy Egan, un gusto- comenta haciendome que frunza mi ceño confundida, Michael mira su mano y luego lo mira a el sin aceptarle el saludo -Ni se te ocurra tocarle un pelo, que tengo muchos amigos que te pueden dar un levanton- comenta y Eamon quita la mano y le dedica una sonrisa -No se preocupe, solo vine a acompañarla por unas cosas- comenta y yo asiento -Si, sobre eso, estare una semana fuera, por viaje de estudios, por ai no me llega a ver por aqui -el señor Michael asiente mirandome con una sonrisa de oreja a oreja- No te preocupes mijita, yo te cuido que nadie entre -sonrie y mira a Eamon con desconfianza, haciendo que este se remueva incomodo.
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Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...