Keira
Habiamos llegado al pueblo nuevamente, pero esta vez en vez de ir directo a la montaña donde estaba la casa donde se hospedaban, Kyrell maneja hacia el centro del pueblo, se detiene mucho antes de llegar, dentro de un callejon, y me pregunto el por que, pero cuando bajo me encuentro nuevamente y mas de cerca con los guardias de la casa.
Finalmente pude detallar su vestimenta, tenian traje con hombreras de metal, y detalles de plata tallados sobre su ropa. Tenian un cinturon de cuero que contenia varios porta espadas de distintas formas para cada tipo de espada. Lo que llamaba la atencion eran las mascaras, estas tapaban por completo su rostro, unas eran de un lobo, otras de un tigre, y finalmente unas que eran de un cuervo, todas en color negro y con detalles de gemas preciosas.
Ninguno hablaba, solamente seguían ordenes sin nada que decir, como lo hicieron en ese momento cuando Kyrell le entrega las llaves a uno con mascara de lobo que estaba a un costado de una carroza. Los caballos que estaban empatados con la carroza eran seres majestuosos, eran dos caballos negros con una crin larga que estaban entrelazadas en pequeñas trenzas adornadas con distintas cadenas doradas que hacian que resaltara aun mas. Sus postura era muy elegante, y me doblaban la altura, en sus patas tenian un poco de pelaje mas largo y sus cascos estaban perfectamente limados. Sus colas llegaban un poco mas arriba de el final de sus patas y tenia ondulados.
La carroza era sacada de un cuento de hadas,incluso mas bella que la de la cenicienta, era blanca, con grandes ruedas, tenian destellos plateados alrededor de las puertas y tenian rejillas de plata en el techo. En la puerta tenia un sello que me llamaba mucho la atención "CT" , las puntas de mis dedos acarician estas -Custodes- comenta Eamon quien estaba a un lado mio -¿Que?- pregunto confundida -Eso significan las iniciales "custodes" esta en latin- apenas iba a preguntar que era lo que significaba pero solo entra a la carroza dejandome hablando sola, Kyrell llega por detras mio listo para adentrarse tambien pero me murmura en voz baja -Dale tiempo, no le agradan los de tu especie- comenta antes de adentrarse, Nevan llega a un lado mio y me señala la puerta con una reverencia -Primero las hermosas damas- dice con su sonrisa característica, me adentro a la carroza sorprendiendome que en au interior era mas grande de lo que se veia por fuera. Jamas habia entrado en una, pero era como estar en un cuento que me contaba mi madre de pequeña. Los asientos eran cómodos y frente de nosotros teníamos una barra con distintas botellas de vino y champaña, y tambien unos bocadillos, mi mano me picaba por agarrar uno pero aun no entraba en confianza suficiente como para empezar a agarrar de sus cosas.
Alcanzo a visualizar como uno de los guardias se sienta en la parte de enfrente y cuando jala las riendas, un relinchdo suena por parte de los caballos quien empiezan a andar jalando la carroza. Empezamos a adentrarnos mas hacia el centro del pueblo, y lo notaba por el echo de que cada vez veia mas gente caminando en las calles sin pavimentar. Niños corriendo con sus pequeños trajes de tela y cuero jugando entre ellos, con pequeñas espadas de madera, mujeres con vestidos largos y muchos olanes colgando ropa en lazos y hombres que salian con armaduras de cuero o camisas de vestir, limpiando espadas y afilándolas con piedras. Todo era tan medieval, que me fascinaba, y mi rostro era muestra de ello ya que tenia una sonrisa plasmada con los ojos muy abiertos.
No tardamos mucho en llegar al destino indicado por los chicos por que la carroza se detiene frente lo que parece ser un mercado. Muchas personas se encontraban debajo de lonas vendiendo en canastas cosas como, fruta, verdura, especias, otros vendian algunos accesorios para las espadas, o infusiones, entre otras cosas.
Bajamos y me quedo mirando donde estaban todas las personas, iba a avanzar pero una mano me detiene, tomando la mia, siendo jalada y cuando doy la vuelta veo que el dueño de la mano es Eamon, que no se habia percatado de esa electricidad que cruzo entre nosotros con el agarre, que me hizo temblar todo el cuerpo, por que su semblante era el mismo, frio, serio, sin alguna emocion que poder descifrar.
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Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...