Keira
Entre mis manos, aquella rosa marchitada se hacia presente, aquel obsequio de parte de Eamon, que aun que fuera algo tonto, significaba mucho, no solo por que venia de Eamon, si no tambien, por el significado que me dio. Mi mente pudo distraerse del suceso de unos momentos antes, pero sabia que me atormentaria por mucho tiempo. No fue normal, y los gritos de dolor de Kyrell se reproducian como musica en mi cabeza. Aun recuerdo como todo se puso negro y solo veia sangre, odio, violencia, y como si al que estuviera atacando fuera el ser mas repugnante del universo, pero no, era Kyrell, aquel que me a estado apoyando dia tras dia desde mi estadía con ellos, por eso mismo, me sentia tan mal, aun que al parecer ya se había recuperado del todo, no quita el echo de que lo hiciera sufrir.
Los chicos habian tomado la decisión que habia sido mucho por hoy, y tambien necesitaba descansar, fue muchas emociones fuertes en mi, muchas cosas que aprendi que mi cuerpo podia hacer cuando nunca jamas lo habia logrado, y no entendia como era que en este momento lo hacia.
Mientras caminabamos por el mismo sendero por el que entramos, decido acercarme hacia Kyrell a paso rapido para alcanzarlo -Kyrell- menciono y el nombrado voltea a verme, esperaba algun tipo de mirada rencorosa, pero en cambio, su mirada es amable y suave como desde que lo conoci -Dime Keira- habla con respeto que siempre me a mostrado -Solo...queria pedir disculpas por lo que sucedió, por mas que busco el por que, no lo encuentro, solamente buscaba defenderme como me dijiste, pero todo se oscureció y de pronto solo buscaba arrancarte el brazo- al ver la mirada de sorpresa de Kyrell ante lo ultimo, me di cuenta que en vez de mejorar la situación, lo estaba empeorando -Es decir, buscaba venganza, pero eso no es algo que venga de mi, yo no soy asi, era como si fuera otra persona- Kyrell suelta una risita, y aun que no encuentro la gracia de la situación me mantengo callada. -Keira, lo que hiciste fue algo que yo ya veia venir, tal vez no a ese grado, pero te golpe para provocarte, no para que te quedaras parada, tenias que defenderte, ese fue el motivo principal de mi sesión contigo ¿no? Aparte, eso me ayudo a comprender mejor lo que eres y es un paso mas a la verdad, algo que todos buscamos encontrar.- su mirada muestra la sinceridad de sus palabras, pero no me tranquilizaba por completo, habia visto el dolor atravesar su rostro y cuerpo- Pero te lastime, vi como te retorcias y rogabas por dolor que yo provoque- iba a continuar pero el solo me interrmpe. -Keira, creeme, e sentido mas dolor que ese, y aun asi, sigo en pie, son cosas de la vida- sus palabras me sorprenden, pero antes de poder seguir, Kyrell se pone rígido, y no solo el, si no tambien los demas chicos.
Todos guardan silencio mientras cruzan miradas, como si estas dijeran algo, algo sucedia y sabia que no era bueno.
Mi mirada va a Eamon, el cual su mano viajaba hacia su cinturon donde tenia su portador de espadas, colocando sus dedos alrededor de el mango de su espada.
Entonces escucho las hojas de los árboles moverse fugazmente alrededor de nosotros, una figura que apenas alcanzaba a visualizar deambulaba a nuestros alrededores volando, buscando acorralarnos, inmediatamente Kyrell me pone a sus espaldas, dejandome en el centro y los cuatro me rodean para protegerme, y a la vez veo como empiezan su transformación, y sabia que era una transformación por que un humo negro empieza a salir de sus cuerpos, tapandolos por completo, y para cuando vuelven a ser visibles, ellos ya eran unas criaturas oscuras.
Kyrell tenia esas grandes alas grises que ya habia visto anteriormente, sus orejas ahora ya no eran como las de un humano, ahora eran largas y puntiagudas, sus ojos dorados ahora estaban aun mas iluminados que lo normal, sus manos tenian grandes garras negras puntiagudas, al abrir su boca sus dientes eran como los de un tiburon, puntiagudos y por su rostro parecia estar preparado para atacar a cualquiera que llegue.
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Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...