Hola! A continuación mencionare unos temas sensibles en los cuales algunos puede que no les guste debido a que se trata de la religión, por ello vuelvo a mencionar la advertencia de el inicio de mi libro, todos los temas fueron tomadas por fuentes de investigación mias, sin embargo, no significa que sean ciertas.
De favor tratemos estos temas con respeto como se debe, y evitemos discusiones.
Bienvenidos al capitulo de hoy, disfrutenlo.
...
Eamon
Estaba jodido.
Esa era lo unico que podia decir despues de lo que acababa de suceder, estaba jodido gracias a que Maeve fue aquella quien revelo mi identidad, ¿Qué si no se lo iba a decir a Keira? Claro que lo iba a ser, pero aun no, aun no me conocia perfectamente bien como para lanzarle la bomba de "se me olvido decirte algo, soy Lucifer, si, el mismo que del lugar del que donde vienes, tantos temen y tantos odian, el rey del inframundo y el angel caido que desobedeció las ordenes de Dios" si planeaba decírselo era cuando ella me conociera lo suficientemente bien como para entender que no soy tan malo como me pintan en la Tierra, justamente cuando estaba teniendo la oportunidad de conocerla mas, cuando habia tenido la fortuna de probar sus labios y acariciar su cuerpo. No iba a negarlo, me dolia ver como me alejaba de ella cuando intentaba ayudarla o cuando tan siquiera buscaba acercarme a sacar tema de conversación, ella solamente se alejaba como si no estuviera ahí.
Habia pasado dos semanas sin lograr hablar, y por mas que intentara, no habia alguna forma en hacer que ella cediera. Era lo mismo con Kyrell, Nevan y Aster, aun que con el que mas hablaba en estas dos semanas era con Aster, y era el quien nos decia que la teniamos que dejar sola. La primera semana fue dificil para todos en los entrenamientos, no hablabamos, solo iba a lo que iba y apenas acababa, tomaba sus cosas y se retiraba. Su cuerpo sudado me tentaba, esos labios carnosos me gritaban que los tomara como si fueran mios, y ese era el problema, no era mia, no lo era y dudaba que despues de esto por mas que lo intentara lo lograra.
Pasando la primera semana poco a poco empezo a hablarles a Kyrell y a Nevan, pero a mi, ni siquiera le parecia respirar a mi lado, pareciera que la intimidaba o como si temiera que fuera a dañarla, pero ¿yo dañarla a ella? Preferiria mil veces ser capturado por angeles que hacer aquella cosa. Yo era aquel quien estaba designado a protegerla, y a pesar de no ser un santo, lo seria solo para que nadie y nada la lastimara.
Ahora, hablemos sobre el tema de mi identidad escondida, si, soy Lucifer, uno de los ángeles favoritos de Dios, y aquel que fue expulsado despues de rebelarse contra el, soy el ejemplo de la belleza y sabiduría, pero a la vez, el ejemplo de como la soberbia te lleva a la oscuridad. Mi historia es algo complicada, mas de lo que me gustaria contar, mi nombre escogido por Dios para ser uno de sus principales angeles es Luzbel o Lucifer, que significa "portador de luz" mi funcion era facil, servirle a Dios, vivir su Presencia Divina, cuando fui creado por Dios, este mismo me explicó mi función, ser una ayuda para los seres humanos que serian creados en un universo material, todo era tan aburrido ¿saben? Seguir ordenes no era lo mio, yo no era aquel el que debia seguir ordenes, si no el que debia ordenar, el poder de Dios y ver como todos lo alababan a tal manera de incluso sacrificarse a si mismos por demostrar su amor hacia el.
Queria ser como el, queria tener ese poder.
Mi belleza con la que fui creada era inigualable a cualquier otro ser, y eso era lo que subia mi ego, pero se convirtió en soberbia, una soberbia tan grande que eleve mi trono al rango del de mi padre, queriendo ser como el. Poco a poco colmaba la paciencia de mi creador, y la gota que derramo el vaso fue cuando me rebele en la dependencia del plan de albedrío, y propuse un plan alterado que negaba el albedrío.
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Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...