Inmarcesible

CAPITULO 42

Eamon

Deseaba de manera jodida a aquella castaña que me habia penetrado el alma sin darle oportunidad de hacerlo.

Mis manos seguian sintiendo su piel, y como estas se amoldeban a su glorioso trasero que me ponian duro de solo imaginarlo, me molestaba el hecho que cortara el momento cuando lo unico que pensaba era en todos los lugares que la follaria. Y luego verla con aquel atuendo que la hacia brillar en toda la habitación opacando a las demas mujeres que estaban en esta.

Con ese conjunto quemaria todo el puto lugar de lo caliente que estaba.

Todo el almuerzo tuve que contenerme a no voltearla a ver ya que si lo hacia, terminaria ella sobre la mesa y yo sobre ella devorándola para terminar lo que iniciamos, pero en cambio, tuve que soportar la chillona voz de Empusa que para mi mala suerte, tendria que quedarse, podria hartarme todo de ella, pero sus habilidades harian llegar mas lejos a Keira y que asi sea mas rapido el impulsarla a usar comodamente sus habilidades. Mi cabeza va hacia ella como todos los de mi alrededor cuando se levanta de su lugar de repente, su mirada estaba desorientada y podia escuchar como su corazon se aceleraba que temia que este estallara, para después solamente decir que iria al sanitario, creo que Keira olvida que a veces podemos sentir su vibra y saber si hay algo que le está perjudicando, ya que cuando se va, todos me miran a mi, no tengo que esperar mucho para colocarme de pie e ir tras ella.

Me escondo detras de una pared viendo como se adentra al sanitario, y no es necesario para escuchar lo que se susurra a si misma por que solamente agudizo mi oido y escucho todo a la perfección.

-Tranquilizate Keira.- escucho su dulce voz quebrantada logrando que me acerque a la puerta para tocar esta.- Ocupado.- aclara su voz fingiendo que todo va bien.

-Abreme, se que algo pasa Keira, eres mala ocultandolo.- murmuro recargando mi frente en la madera fria de la puerta, no recibo alguna respuesta y estaba dispuesto a tocar nuevamente, pero justamente se abre dejandome ver el rostro de Keira angustiada con el cabello desordenado como si hubiera acariciado este varis veces moviendolo de su lugar, nos miramos fijamente sin decirnos nada, pareciera que no queria hablar, pero si hay algo que la atormenta necesito ser el primero en saberlo.

-¿Que ocurre? Y ni se te ocurra decirme que nada, por que ambos sabemos que es mentira, y como me joden las mentiras.- menciono, Keira suspira resignada.

-En la mesa, senti como si alguien estuviera intentando adentrarse a mi cuerpo, específicamente en mi mente, una ansiedad me carcomía que apenas dejaba que respirara, mi mente se puso en negro por unos segundos y después de ello, todo cambio, hay algo que... no se como explicarlo, algo me hace sentir expuesta.- murmura con temor mirando hacia sus alrededores como si alguien nos estuviera observando.

Todos esos sintomas tenian una explicación, mas que nada, un nombre.

Beelzebub

Pareciera que en vez de decirles que no se involucraran con Keira sin su permiso, les dije, hagan lo que quieran con Keira, los comprendia en una parte, Keira era un iman que hacia que tu curiosidad no se calmara hasta adentrarte a ella, ninguno de nosotros habia convivido con una cruza de Nephilim y una Bruja de la Muerte, claro que queríamos conocer cada parte de ella, pero no era la forma, no por que ella no sabia que era lo que sucedia y se dañaba en el proceso.

Suspiro mientras paso mi mano por mi cabello desesperado, hablaría seriamente con ese hijo de perra. Tomo de la cintura a Keira jalandola hacia mi pegándola a mi pecho, siento como sus brazos pasan por mi abdomen abrazandome, cubriendome con aquella calidez que transmitía su cuerpo.