CAPITULO 40

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Keira



El frio congela mis huesos, Eamon y yo caminamos atravesando el jardin, yo en pantuflas y pijama y el en mocasines y vestimenta elegante, llegamos a la puerta principal para salir de su palacio, y no es necesario que Eamon diga algo como para que le prohiban el paso, simplemente abren las puertas dejandonos pasar.



-Volvemos antes del amanecer, cualquier cosa se los comunico, mantengan reforzado el lugar.- murmura Eamon en dirección a loa guardias, estos solo asienten y Eamon emprende el camino, haciendo que yo lo siga por un costado manteniendo una distancia entre nosotros.





-¿Cual es el motivo de las mascaras y el que no puedan hablar?- sabia que era un tema peligroso de mencionar, pero creo merecia una respuesta ya que todos parecieran saber el por que a excepción mia.



-Te lo contare si me prometes que no te molestaras conmigo, es parte de mi deber.- comenta Eamon, y a pesar de saber que si puedo molestarme, solamente asiento, el mira hacia adelante viendo el camino al que vamos quedandose un momento en silencio para después decidir hablar.



-Todos los guardias y sirvientes son humanos pecadores que fueron elegidos para servirme, si se oponian a hacerlo, me encargaba de la destruccion total de sus seres queridos en la Tierra, el motivo de las mascaras es la representación de como el pecado cego su humanidad, y la falta del habla es debido a que esta fue entregada a mi el dia que empezaron a servirme a traves de un lazo, lazo que me conectan con ellos que me dan la libertad  de manejarlos como quiera, manejando sus acciones y sus sentidos, en este caso, el habla, ya que se me hace mas sencillo asi, no necesito escucharlos, ni una contestación de su parte, por ello es mejor sin voz, sin posibilidad de que puedan responderme, asi ellos no se meten en problemas y yo no me desgasto en hacer su vida miserable.- comenta Eamon sin ninguna expresión facial como si aquello fuera lo mas normal del mundo, me colocaba en los pies de aquellos individuos y me daban lastima, lastima por el hecho que su vida en el mas alla fue atada a alguien mas.





-Pero al ser ellos parte de mi palacio, ellos cuentan con protección ante cualquier otro ser poderoso, no solo el, si no tambien sus familiares, teniendo ellos un lugar asegurado en el cielo, asi que hay una forma positiva de verlo.- alza los hombros con desinteres.



A decir verdad, ya no me asustaba su manera inhumana de tratar a los demas, al final de cuentas, el era el que tenia poder sobre todos, y lo que queria lo obtenia, pero el pensar en aquellos familiares que llevarian siglos sin verlos me entristecía, tambien el hecho de que no tenian voz propia para opinar, si no solo para obedecer.



-¿Alguna vez volveran a su vida normal?- cuestiono y el solo me mira de lado para luego suspirar.



-Keira, pecar no es algo solamente que se puede solucionar confesandote, eso te arrastra hasta el fin de tus dias, sus pecados los ataron a mi, yo solamente tuve la oferta y la aproveché.- su mano toma la mia mientras me ayuda a bajar los escalones de piedra que rodean la montaña, tardamos unos minutos pero finalmente llegamos al final de la colina, siguiendo el camino que retoma Eamon en dirección al pueblo iluminado por luces cálidas.- Ellos jamás recuperarán su voz ni su decisión propia, al entregarse a mi se volvieron como mis piezas de ajedrez que usare para ganar esta batalla que nunca acabara.- murmura soltando el agarre de nuestras manos perdiendo el tacto de su helada piel.-



No tenia interes en seguir aquella conversación, ya que como el lo predijo, una molestia en el interior de mi cuerpo empezaba a crecer amenazando con decirle como era posible que fuera tan insensible, pero era Eamon, rey de un pueblo donde habitaban cientos de criaturas inhumanas, aquel que según otros era la definición de la maldad pura, y a pesar de no haber conocido aquel lado, les creía, por que eso es lo que su mirada transmitia cada vez que nos veiamos.





InmarcesibleWhere stories live. Discover now