Keira
Mi cuerpo adolorido empieza a estirarse de manera lenta, mientras me acurruco en aquel blando colchón que se encuentra debajo mio. El dia de ayer después de lo sucedido con Eamon, el me llevo a su habitación, donde despues de volver a terminar follando sobre su cama, ambos quedamos en un sueño profundo, lo que me llevaba al dia de hoy, donde bostezaba y me encontraba con un gran dolor de cuerpo, me remuevo de aquel lugar dandome la vuelta en la cama, abriendo poco a poco los ojos, dandome cuenta que estaba completamente sola en la habitación, y el lugar que pareciera haber ocupado Eamon ahora estaba vacío, mientras yo estaba cubierta por las mantas de su cama, evitando que cualquiera viera mi desnudez.
¿A dónde habia ido y por que me habia dejado sola en la cama?
Un enojo invade mi cuerpo, malditos hombres, todos son iguales, y aun que el me habia comentado como eran los de su especie, cai en sus redes y mis hormonas me arrastraron hacia el.
Suelto un gruñido molesta mientras decidia me levanto dejando caer las mantas descubriendome, tenia que buscar mis prendas y salir de aquella habitación, encontrando mi vestido blanco reposando sobre una silla de gamuza, me acerco a tomarlo para estirarlo y darme cuenta que ahora el vestido que resultaba ser completamente blanco, ahora estaba bañado en pintura, y no eran manchas sin sentido, eran marcas de las manos de Eamon, marcas de la pintura que tomo y ahora pareciera algun tipo de obra abstracta colocada en aquella fina tela.
Genial, ¿ahora que usaria para salir de aquí?
Claramente no saldria desnuda, a pesar de que mi habitación no se encontraba tan lejos de la de el, sabia que los chicos estaran esperando mi salida ñara solamente cuestionarme sobre lo que sucedió entre Eamon y yo, ya que claramente escucharon todo lo que salio de las paredes de aquel lugar. Con desesperación busco alguna prenda escondida en la habitación, pero me detengo cuando escucho la puerta abrirse de repente sin que el que este detrás de ella se moleste en golpearla, no me da tiempo de tomar algo para cubrirme cuando ya estoy frente a frente de Eamon, el cual pareciera bastante tranquilo mientras sostenia una bandeja con comida, y verlo asi me recuerda a la vez que el mismo me trajo la comida y yo hize que el la tirara debido al susto. La mirada de Eamon pasa de la bandeja a mi rostro, para despues recorrer mi cuerpo y entonces mostrarme su sonrisa juguetona, caigo en cuenta que me encontraba desnuda por lo que jalo las mantas de la cama, tapandome con ellas.
-No hay mejor buenos dias que este.- menciona aun con su sonrisa juguetona y un tono coqueto que me hace querer golpearlo constantemente hasta que se le quite,. Eamon camina sin apuro para dejar aquella bandeja en la mesa de noche y acercarse a mi, su vestimenta seguia siendo tan elegante como lo caracterizaba, con tanto porte que te intimidaba y buscabas querer honrarlo, sin importar el por que. Tenia una camisa blanca que se lograba transparentar un poco, contaba con un corte que dejaba ver parte de su pecho y abdomen, mientras que las mangas llgeaban por debajo de los codos terminando con unos holanes que lo dejaban muy a la epoca, sus típicos pantalones negros, a diferencia que estos ahora eran de cuero y que tenian consigo un espacio suficiente donde colocar distintas armas donde podrian pasar por desapercibido., unos botines del mismo color en punta y algunos accesorios que lograban llamar la atencion, aquella cadena que siempre cargaba consigo, un reloj que era lo mas cercano a la modernidad que podia ver en la ciudad y un anillo de plata pura entrelazada con un diamante sin pulir.
-No te emociones, ya me iba, solamente necesito ropa.- murmuro volteando la cabeza hacia otro lado que no fuera el, por que si no, terminaria nuevamente en la cama con el encima mio. Se acerca a mi sin apartar la vista de mis ojos, para llegar cerca mio, sus manos se mueven de manera lentamente para acariciar la suave tela de las mantas, y atrapar esta entre sus dedos para jalarla suavemente hacia abajo, y a pesar de no ser lo suficientemente fuerte, esta resbala de mis brazos cayendo al suelo, ahora su vista me escanea como rayos x mientras esa maldita sonrisa egocéntrica brilla en su rostro.
YOU ARE READING
Inmarcesible
FantasyUn dia normal en la vida de Keira, despertar, ir a la universidad, ir al trabajo y regresar a casa para dormir, esa era su rutina diaria que se habia acostumbrado por casi toda su vida. Pero esa noche todo cambio. Siempre mi abuela dijo "la curiosid...