7:30 am Invierno.
La rutina de la mañana quizás era una de mi favorita, aunque esto implicara levantarme tan temprano no importaba. Ya que es el momento que mas comparto con mi hijo.
Levantarme de la cama sin moverme demasiado se había vuelto mi especialidad, el frió de fuera se hacía notar en toda la casa, tome mi bata, caminé a la cocina para preparar nuestro desayunó.
-Alexa, reproduce el Playlist matutino..
-She's got my attention, she's confident...- empieza a sonar
Era mi momento en casa, donde podría además de, hacer mis tareas y estar conmigo misma.
Aunque ser mamá es algo que amo, aveces se vuelve algo agotador.
Encendí la cafetera y preparé nuestras tostadas con manteca, ademas tenia cookies de avena y chocolate que Felipe amaba, tener mi propia cafetería hacia que tener un hijo y comer saludable fueran de la mano.-¿Mami?- puede escuchar esa voz dulce y endormecida venir del dormitorio.
Coloque mi café, su taza de leche, tostadas y cookies en la pequeña isla de la cocina, caminé hacia el dormitorio por él.
-Buenos Días Solecito- susurré sentándome a su lado en la cama, puede ver su carita hinchada de dormir y sus pequeños cachetes colorados, aún no abría sus pequeños ojos pues la luz del sol que entraba a por la ventana aún le molestaba. -Donde están esos ojitos tan bonitos tuyos- dije mientras veía cómo frotaba con sus manitas los mismos.
-Hola mami, creí que te habías ido.- dijo tiernamente mientras se sentaba sobre la cama, esto era algo que había empezado a decir luego que su padre se fuese, creo que con solo tres años experimentar algo así de alguien tan importante le había generado miedo de que yo también me marchase, su psicóloga incluso dijo que con el paso del tiempo este miedo se iría, pero aún con cuatro años sigue estando ahí.
-Vamos amor, tengo el desayuno listo.- Le puse su bata de dinos y lo cargué hasta la cocina.
-¡Si mami, qué hay galletas! - sonreí, sabía que de verdad adoraba esas galletas.8:00 am marcaba la pantalla de mi celular, habíamos terminado de desayunar en tiempo récord y tocaba aprontarnos de igual manera para poder llegar a tiempo a la entrada de su Jardín.
Luego de aprontar su pequeña mochila con todo lo que necesario para su día, tome su campera, gorro de lana y bufanda. Si es cierto que Uruguay no es un país con un invierno muy frió, pero este si que se estaba haciendo notar con sus temperaturas bajo cero y sus heladas por la mañana.
Tomado todo lo necesario para salir, tome la mano de Felipe, cerré la puerta y salimos hacia el auto. Lo coloque en su sillita y nos fuimos al jardín.
Ocho treinta tenía que estar allí, iba en la mañana porque no había opción, solo estábamos él y yo, tocaba trabajar en mi café por la mañana, hasta las 16:00 que pasaba por el a recogerlo.-Adiós mi solcito.- dije mientras daba un beso en su cachete y él entraba de la mano de su maestra.
-Te amo mami.-
9:00
Estacione mi auto en la enorme plaza central de la ciudad, luego de ahí solo tenia que caminar unos pocos metros para entrar a mi cafetería, esta esta ubicada en el teatro de la ciudad frente a la plaza con la hermosa vista de esta y la iglesia de la ciudad.
Tenía la suerte de estar aquí desde hace dos años, era un lugar antiguo, con paredes de mármol y enormes ventanales que daban la mejor vista del centro de la ciudad, sentarte a tomar un café, y comer rico mientras observas estas vista, se había vuelto un placer, y trabajar acá también lo era. Rodeada de colores marrones, verdes y blancos, con olor a canela, chocolate y café.
ESTÁS LEYENDO
"El desastre que dejas" | Manu. U
RomanceCada cosa que pienso y digo es interpretada de otra manera. El poder de expresarme no era algo que manejara muy bien, generalmente mis sentimientos y emociones están tan a flor de piel que no consigo la forma, palabras o manera de expresar lo que si...