Capitulo 15: "El lobo"

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Luego de salir del estadio, de camino al hotel, venía reprochándole a Katherine por haberme entregado de esa manera. Ella, en su defensa, dice que de verdad quería que pasara “tiempo” con su sobrino.

—¡Debiste consultarme! O sea, ¿me entregás a la boca del lobo así nomás? —la miré, enfadada, mientras entrábamos a la habitación.

La veo ir hacia su valija y revolver algo dentro.

—Por favor, Clara... —me observa—. Te hace falta salir, sola —aclara, mientras me apunta con el dedo—. Después vos ves si dejás que el lobo te coma o no —suelta una risita coqueta.

Ruedo los ojos mientras me dejo caer sobre su cama.

—Tomá —la miro, confundida, al ver el pequeño paquete en sus manos—. Que no quiero más sobrinos.

Le pego en el hombro, agarro el paquete de preservativos y lo guardo en su mesa de luz.

Miro a Feli, que jugaba sentado en el suelo de la habitación de Kathy. Aún no estaba del todo segura ni convencida de dejarlo para irme por ahí, pero también confiaba mucho en Kathy. Sabía que si algo pasaba, ella me llamaba... o lo solucionaba.

—Bueno, ¿y qué? —mi mirada va nuevamente a Kat—. ¿Te vas a ir a arreglar o pensás salir así? —la veo sentarse con Felipe en el piso.

...

Luego de despedirme de mi hijo y preguntarle si de verdad quería dormir con Kathy hoy, me fui a mi habitación para arreglarme.

La verdad, todavía no tenía ni idea de qué ponerme ni con qué iba a estar más cómoda, porque tampoco sabía a dónde íbamos.

Me acordé que Manuel me había dado su número, así que decidí mandarle un mensaje.

«Hola Manuel. Soy Clara. Solo para preguntar... ¿a dónde iremos?»

Después de enviarlo, ¿capaz fui muy seca?

No pasó mucho hasta que mi celular vibró sobre la mesa.

Era él.

«¿Tenés miedo de que te secuestre, topadora?»

Seguía sin responder a mi pregunta, aunque se notaba que estaba coqueteando.

Opté por ponerme un vestido de morley negro, corto, con unas sandalias bajas. Me hice un moño con el pelo, dejando el flequillo con los rizos naturales. Un poco de perfume y rímel.

Ya estaba lista. Me miré en el espejo y con el celular me saqué una foto para mandársela a Kathy, a ver qué opinaba.

—Brrri... brrri... —el sonido del celular me sacó del trance.

«De Kat🐈: Perfecta. Luego me contás si el lobo te comió.»

Solté una risa nasal ante las ocurrencias de Kathy. Intercambiamos un par de mensajes más, donde me mandó fotos de Felipe y Facundo mirando Mi villano favorito.

Mi celular volvió a sonar, pero esta vez era una llamada. En la pantalla decía “Manuel”.

—¿Hola?

—Preciosa, bajá, que estoy acá —su voz ronca se escuchaba jodidamente bien del otro lado.

Finalicé la llamada y salí de la habitación.

...

Ya en la entrada del hotel, lo veo en la puerta, apoyado contra su auto. Llevaba puestos unos pantalones cargo anchos, color jean, y una camisa blanca con los tres primeros botones desabrochados. Se venía demasiado bien. Apenas entro en su campo de visión, su mirada se clava en mí y recorre mi cuerpo de pies a cabeza. Me estremezco y siento el calor en mis mejillas. Rodea el auto y abre la puerta para que suba. Lo hago.

"El desastre que dejas" | Manu. UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora