Capítulo 28: "Hola Bonita"

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El fin de semana había llegado, sábado por la mañana era muy tranquilo en el café. Algunos que venía a a desayunar, estar con amigos y pasar un bonito sábado.

Kat ya se encontraba trabajando conmigo, había extrañado tanto su presencia aquí. Poco a poco todo volvía a la normalidad... Aunque siendo sincera, echaba de menos algunas cosas, bueno a alguien.

-Entonces...¿Que haremos hoy?.- cuestiona Kat mientras recoge una mesa. La observo mitras niego

-¿Que estas por inventar Kathy?- digo mientras veo cómo Felipe dibuja sobre la barra.

El sonido de la puerta principal hace que ambas miremos hacia ella. Maldecí el momento en el que Ivan entró por ella, vi cómo la cara de Kat se transformó completamente llenándose de rabia, enseguida camino hacia su dirección pero antes que hiciera algo la llame.

-Kathering.- ella volteó a verme molesta.-No.- suplicó señalado la presencia de Felipe, el momento que más había intentado aplazar había llegado y por más que lo había intentado evitar no pude.

Me acerco a él.- ¿Qué haces acá?.- cuestiono enojada pues había hecho exactamente lo que le dije que no hiciera.-Te dije que yo te llamaba.-

Veo cómo mira en dirección a Felipe quien está de espaldas a nosotros, sé exactamente lo que va a hacer y maldigo toda su existencia.

-Felipe....-Iván lo llama haciendo que el niño volteara. Quien lo observa confundido.-Hola pequeño. Que grande estás.- esté intenta acercarse pero Felipe se baja de la silla poniéndose a un lado de Kathy, quien no duda en tomarle la mano.

Iván me mira.-¿No sabe quien soy?.- cuestiona molesto, como si esto fuera culpa mía.
Veo cómo se acerca a mi tratando de intimidarme, aún con la presencia de su propio hijo ahí, él no cambiaba. Pongo mis mano en su pecho y lo empujo discretamente para que Felipe no lo note.

-Blin...- la campana de la puerta sonó

-¡Manu!.- el grito de Felipe corriendo hacia la puerta, mi vista va hacia su dirección. Y ahí estaba, con unos jean olgado, una remera blanca y sus lentes de sol, se agachó levantado a Felipe en sus brazos quien no dudó ni un segundo en abrazarlo y sonreír.
Tomo sus lentes y los colocó sobre su cabeza, mirando en mi dirección, sonriendo.
No tardo mucho en notar la presencia de Iván, quien aún seguía demasiado cerca de mi. Su postura cambió, su mirada se volvió oscura y apretó su mandíbula.

-¿Sucede algo?.- cuestiona en tono firme mientras se acerca unos pasos a nosotros, lo suficiente como para hacer que Iván se alegara de mi. Quien lo observo de arriba a bajo mientras mostraba una sonrisa falsa.

-Sabe quien es él, ¿pero no me reconoce a mi?.-

-Es lo que vos te ganaste.- digo pues el solo se alejó de su hijo.

Manuel observaba sin comprender, pero aún así no se apartó de mí ni de Felipe.

-La basura no tiene espacios en la vida de los niños.- esta vez es Kat quien habla con rabia.- Y agradece que esta Clara, si no hace rato te partía la cabeza.- Manuel y yo la observamos sorprendiós.

-Sabrás de mi pronto.- amenaza mientras se marcha.

Siento como mi cuerpo vuelve a la normalidad, y entonces solo ahí recuerdo que él está aquí.

Mi mirada se encuentra con la suya nuevamente, pero esta vez, sin ninguna interrupción. Sonrió mientras noto el calor en mis mejillas..

-Hola bonita.- suelta mientras se acerca un poco más a mi, puedo sentir su respiración chocar con mis labios. Entonces me inclino terminando con la distancia que separa nuestros labios, sus labios tibios y carnosos chocan con los míos, formando un maravilloso baile de necesidad y pasión. Se separa de mi solo por la falta de aire.-Los extrañe.- dice

-Guácala.- la voz de Felipe hace que ambos riamos.

Deja a mi hijo sobre la silla donde estaba pitando, se acerca a mi y pasa su brazo sobre mis hombros.

-Entonces...¿Me dirás quien era ese boludo?.- cuestiona y veo la preocupación en sus ojos.

-Primero...-Tomo su mano y tiro de él arrastrándolo hacia la barra, veo cómo se sienta y doy la vuelta llegando a la cafetera.- Te voy a enseñar lo que es un buen café.- sonrió coqueta mientras le guiño un ojo. El sonido de su risa se pierde en la cafetería.

...

"El desastre que dejas" | Manu. UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora