Sábado 1 de julio. Hoy era el partido final de la fase de grupos. Hoy era nuestro penúltimo día aquí, porque el lunes por la mañana teníamos un vuelo de regreso a Uruguay.Una sensación de melancolía se hizo presente en mí. Había intentado varias veces decirle a Manuel que estaríamos hasta el lunes, pero no encontraba la forma. Tampoco sabía si le debía o no una explicación.
Después del posteo de Manuel, tomé la decisión de poner mis redes privadas. No solo yo aparecía en ese carrusel, había más fotos del grupo. Una de Facu y Kathy, además de una de los cuatro chicos juntos y un pequeño video de unos diez segundos de Manuel, Felipe y Facundo cantando y bailando plena juntos. Aunque él no había etiquetado a nadie, era evidente que quien buscara podría conseguir nuestros usuarios, más sabiendo el poder femenino. Por eso, tanto Kat como yo habíamos optado por ponerlas en privado.
Aún así, habíamos recibido cerca de cien solicitudes. A diferencia de Kathy, quien ya tiene una relación estable y esto es conocido porque se ven juntos y Facundo sube cosas con ella, Manuel y yo no teníamos nada. Bueno, además de haber dormido juntos y salir desde que empezó la copa, no había nada más que eso.
Y ese posteo lo había dejado todo más confuso. Una parte de mí quería ilusionarse, y la verdad es que, aún siendo algo tan simple como una foto, que estuviera ahí y que él no lo escondiera, hacía que todo mi ser explotara. Pero por otro lado, mi lado maduro evitaba a toda costa sentir cualquier emoción. "Disfrutar el momento", solo eso repetía dentro de mí en estas últimas veinticuatro horas.
—¿Entramos? —Kathy llega a mí, vestida con la camiseta de su novio.
—Sí, vamos, cielo. —Tomo la mano de Felipe y entramos al estadio. Iremos al lugar habitual de los últimos partidos.
Al llegar, pude ver a todas las familias allí, caras ya conocidas. Saludamos a todos y tomamos nuestros asientos.
Lorenzo ya estaba allí, acompañado de la chica que había reconocido con Manuel y su mamá en uno de los partidos.
—¡Hola! —Saludamos Kathy y yo al unísono.
Lorenzo se pone de pie y nos saluda a ambas, mientras la chica rubia a su lado lo imita.
—Ay... Hola. —Nos besa las mejillas a las dos. —Soy Angie Araujo. —Nos sonríe falsamente a las dos. Sonrío, pero me siento en mi lugar con Felipe a mi lado.
—¿Y esta qué...? —Escucho a Kathy, quien se queda y rueda los ojos.
—Solo ignóralo. —Digo tranquilamente, tratando de que Kat también lo haga.
Mi vista se va hacia el campo de juego, donde los jugadores de ambas selecciones calientan.
Facundo está corriendo con quien creo que es Brian Rodríguez. Por otro lado, Franco estira mientras habla con Manuel. Veo cómo saca su camiseta de entrenar y ríe por algo que le dijo Franco. Luego toma su camiseta con su nombre en ella y se la pone.
Sacudo la cabeza, pues me encuentro mirándolo y sonriendo como una tonta.
—Vos sos la "amiguita" de Manu. —Escucho que la rubia, ahora llamada Angie, me habla. La miro. —Algunas aquí ya hemos vivido eso. —Veo cómo una sonrisa se forma en su rostro.
—¿Disculpa? —Kathy se inclina sobre la butaca, haciendo que ella no pueda verme.
—Disfrutá mientras dure, linda... —La veo guiñarme el ojo y vuelve la vista al campo.
Kathy me mira. Sabía que lo había dicho con intención de herirme, pero no iba a dejar que eso me afectara.
—Pero qué carajo, dejame que la desgreñe. —Dice furiosa, mientras veo cómo el enojo se apodera de ella.
—Kat, está bien, tranquila. Solo disfrutemos el partido. —Sonrío mientras la abrazo. —Disfrutá el momento, ¿recordás?
Oigo cómo suelta una risa y enseguida los aplausos se hacen presentes en el estadio. Esa era la señal de que el partido estaba por empezar.
...
El partido transcurrió tranquilo. Uruguay jugó muy bien, mostrando el mismo rendimiento, y Estados Unidos no se quedó atrás, hasta que, en el minuto 66, con un pase perfecto de Facundo hacia Matías Olivera, terminó en gol. El estadio se volvió loco. A pesar de estar jugando con el país anfitrión, el grito de los uruguayos se hizo escuchar con fuerza.
...
El partido terminó. Nos quedamos como siempre a esperar que Facundo le trajera la camiseta a Kathy. Después de que el estadio se fue vaciando casi por completo, vemos cómo Facundo, seguido por Maxi, Franco y detrás de él Manuel, suben las gradas.
—Toma, amor. —Le entrega la camiseta mientras la abraza.
—No, ¿qué estás todo transpirado? —La queja de Kat hace que todos los presentes allí nos riamos.
Puedo sentir la mirada de Manuel sobre mí, así que no despego la vista de Kathy. Por el rabillo del ojo, noto cómo él camina hacia su mamá y la abraza. Luego, detrás de él, la rubia llega a su lado mientras conversan animadamente. Ella pasa su mano por el brazo de él una y otra vez. Perra. Aparto la vista. Ambos vuelven hacia donde estamos nosotros.
—Chicos. —Maxi es quien habla esta vez. —¿Salimos a mover el esqueleto por ahí, todos juntos? —Continúa el ojiverde mientras hace un movimiento con sus caderas, que pretende que sea un baile, pero no se parece ni a eso.
—¡Sí! —Dicen al unísono Facu y Kathy. Los observo a ambos mientras Lorenzo también se apunta. Mi mirada se cruza con la de Manuel, quien me observa como si intentara descifrar qué pienso.
—¿Y vos, Clara? —Franco hace que salga de mi trance. —¿Venís? —Cuestiona sonriendo.
—No. —Niego con la cabeza. —Estoy con Felipe. —Le sonrío de vuelta. No puedo negar que me encantaba la idea, pero no podía dejar a mi hijo solo ya.
—¡Ay, qué lástima! La próxima. —Me sonríe falsamente Angie. —Yo voy, ¿vos Manu? —La rubia mira a Manuel, quien está justo a su lado. Él levanta la mirada y solo ahí noto que no había quitado su mirada de mí.
—Me quedo con ellos esta noche. —Sentencia en tono firme, mientras me ve. Noto cómo tensa la mandíbula y se aparta unos pasos de la rubia.
Kathy suelta una risa nasal, haciendo que todos la miren.
—Devoraste. —Dice mientras suelta una carcajada.
Solo había que ver cómo la cara de la chica cambió. Miro en mi dirección y rueda los ojos.
—Yo también voy... —Lorenzo es quien entra a la conversación ahora, la cual dejé de oír desde el momento en que Manuel se acercó a mí.
—Me esperás y vamos juntos. —Afirma mientras sonríe.

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"El desastre que dejas" | Manu. U
RomanceSinopsis Clara es madre, dueña de una pequeña cafetería en Uruguay y una experta en callarse lo que siente. Con el corazón siempre a flor de piel, aprendió a guardar antes que decir, a evitar el riesgo de ser malinterpretada. Pero hay sentimientos q...