Capítulo 3: "Jueves"

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Desde la noche de tacos y karaoke habían pasado dos días. Luego de que le envié el mensaje a Lolo, ya no lo había visto más por el café, y tampoco habíamos hablado. No quise darle mucha importancia, ya que él solía hacer eso: desaparecer por varios días. De hecho, esa era una de las razones por las que Kathy siempre me decía que no debía dejarlo entrar a mi vida. Y tenía razón: no era la primera vez que Lorenzo dejaba ver su interés en algo más que una amistad conmigo, pero siempre me frenaba la idea de por qué desaparecía tantos días sin razón alguna.

Hoy era jueves. Mi hijo pasaría el día con nosotras en la cafetería. El tiempo solía pasarse más rápido cuando él venía, además todos acá lo adoraban.

Estaba sentado en la barra, pintando, mientras Kat y yo hacíamos el listado de todo lo que faltaba reponer para la semana siguiente.

-Mami, ¿puedo tomar una galleta? -preguntó.

-Claro que sí, cariño -respondí, mientras tomaba el frasco de las galletas para abrirlo y que él pudiera agarrar una.

Mientras Felipe comía su galleta y pintaba, podía ver cómo Kat estaba con el celular, sonriendo cada vez que sonaba.

-Puedo imaginar quién es el que te hace sonreírle tanto a ese aparato... solo quisiera saber qué te dice -hablé, haciendo que su vista viniera hacia mí.

-¡Facu me invitó a salir! -dijo soltando un chillido y dando brincos como loca.

-Okey, okey. Solo intentá actuar más normal... no querés asustarlo en la primera cita -Kat me pegó un golpe en la espalda.

-¡No le pegues a mi mami! -gritó Felipe, todo enfadado. Obviamente no entendía que no me había dolido y trataba de defenderme.

-Tranquilo, solecito, que la tía Kat solo está jugando -dije, mientras me sentaba a su lado.

-En la noche de tacos, vos viste... la pasamos muy bien. ¡Incluso pidió mi número! Hablamos un montón y no paró de decirme cosas lindas -dijo, mientras sus ojos brillaban.

Kathy era una de mis mejores amigas. Una persona maravillosa y de las pocas amistades que se quedaron conmigo después de ser madre.

Nunca había entendido bien el porqué de alejarse cuando eso pasa. Supongo que tus prioridades cambian, dejás de salir, y eso genera cierto alejamiento o incomodidad con las amistades.

Pero Kat se quedó. Nunca dudó, y siempre estuvo ahí. Por eso de verdad deseaba un amor genuino y verdadero para ella... porque pasajeros ya había tenido suficientes.

-Lo vi, Kat. Estuve ahí -dije riendo-. Y no se separaron en toda la noche... Para desgracia de Lorenzo -agregué.

-¡No lo nombres! -se burló-. Lo único malo de Facundo es tener al cucó de hermano -dijo riéndose.

...

La tarde en el café había transcurrido muy tranquila. Los clientes habituales habían venido a almorzar, y algunos otros, a merendar.

...

18:30 hs

La cafetería estaba tranquila, con dos o tres mesas ocupadas. Hoy había entrevistado a un cocinero, para que pudiera tomar mi lugar en la cocina algunos días y así poder estar más en casa con mi hijo.

Cerca de las seis, mi celular no había parado de sonar, pero por la entrevista y el café no había podido atender.

Cuando por fin pude mirarlo, tenía cinco llamadas perdidas de Lorenzo. Agarré el celular y marqué.

El sonido de la campana de la puerta nos sorprendió, porque se abrió demasiado rápido.

-¿Vos estás tonta o qué? ¡Te estoy llamando hace rato! -dijo, mientras su respiración era agitada. Tomó una silla de una mesa, se sentó y me miró fijo.

-Bueno, estaba en una entrevista y no podía atender. Tampoco para tanto escándalo -dije, mientras me recargaba sobre la barra.

-No le levantes la voz, cucó. Te saco a patadas por donde entraste -le dijo Kathy, mientras pasaba por detrás de él a levantar las mesas vacías.

-¡Que te lo has ganado! -gritó, provocando que Felipe, Kat y yo nos asustáramos.

Me acerqué y le pellizqué el brazo.

-No grites, que todavía hay gente -le susurré cerca, para que los clientes que quedaban no me oyeran.

-¡El puto sorteo, Clara! ¡Te lo ganaste!

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"El desastre que dejas" | Manu. UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora