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Fabian no podía encontrar la paz en el silencio de la noche

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Fabian no podía encontrar la paz en el silencio de la noche. Su mente seguía dándole vueltas a las imágenes y recuerdos confusos que había experimentado. Incapaz de soportar más la soledad y la incertidumbre, tomó su teléfono y, con manos temblorosas, marcó el número de su madre.

El tono de llamada sonó varias veces antes de que Emma respondiera, su voz llena de preocupación.

—Hola, Fabian. ¿Estás bien? Es tarde.

—Mamá, no puedo dormir —respondió Fabian, su voz temblorosa —Estoy tan cansado de tanto pensar las cosas.—

Hubo una pausa al otro lado de la línea, y Fabian pudo imaginar a Emma sentándose, preparándose para una conversación difícil.

—Cuéntame, cariño. ¿Qué está pasando? —preguntó Emma suavemente.

Fabian tomó una respiración profunda antes de hablar, tratando de ordenar sus pensamientos.

—No sé si estoy recordando algo o si me estoy volviendo loco. Vi una imagen... te vi a ti y a Tom, jóvenes, conmigo de bebé. Estaban sonriéndome y dijiste "Fabian, con mamá y papá". Se sintió tan real... —su voz se quebró y no pudo contener más las lágrimas —Te extraño mucho, mamá. Me haces falta, tu cariño, tu apoyo. Todo.—

Emma sintió un nudo en la garganta al escuchar el dolor en la voz de su hijo. Deseaba poder estar allí para abrazarlo y consolarlo.

—Oh, mi amor —dijo, tratando de mantener la calma—. No estás loco, Fabian. Los recuerdos pueden ser confusos, especialmente cuando estás lidiando con tantas emociones. Es posible que tu mente esté tratando de procesar todo lo que has descubierto sobre tu padre y nuestra vida juntos.

Fabian sollozaba, tratando de encontrar consuelo en las palabras de su madre.

—Es que... es tan difícil. No sé qué es real y qué no lo es. Solo quiero entender todo esto. Quiero saber por qué pasó todo así.—

—Lo sé, cariño. Sé que es difícil —respondió Emma con ternura—. Pero estoy aquí para ti. No estás solo en esto. Es natural sentirse abrumado y confundido. Tómate tu tiempo para procesar todo. Estoy a solo una llamada de distancia, siempre que necesites hablar.

Fabian intentó controlar sus sollozos, sintiendo un poco de alivio al escuchar la voz calmada de su madre.

—Gracias, mamá. Solo... necesito tu apoyo. No sé qué haría sin ti.—

—Siempre estaré aquí para ti, Fabian —respondió Emma con firmeza—. Eres mi hijo y te amo más que nada en el mundo. Recuerda que no tienes que enfrentar esto solo. Tienes a tu familia y a tus amigos para apoyarte.—

Fabian asintió, aunque sabía que su madre no podía verlo.

—Te amo, mamá. Gracias por estar siempre ahí para mí.—

Hidden Rhythms | Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora