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Los días de la familia Kaulitz seguían avanzando, llenos de cambios y decisiones importantes

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Los días de la familia Kaulitz seguían avanzando, llenos de cambios y decisiones importantes. La relación entre Tom y Emma se había fortalecido con el tiempo, y el amor que una vez compartieron, aunque desgastado por los años y las circunstancias, volvía a florecer. Era un amor más maduro, basado en la comprensión mutua y en una aceptación profunda de sus errores y aciertos.

Tom, en especial, había cambiado mucho desde aquellos años en los que la fama y el éxito le habían alejado de Emma y Fabian. Ahora, más consciente de sus responsabilidades y del valor de la familia, se había propuesto no solo reparar su relación con Emma, sino también ofrecerle a Fabian la figura paterna que no había tenido. Y con Jaiden, ese joven que había llegado a sus vidas en busca de refugio, había algo especial. A medida que los días pasaban, Tom y Emma comenzaron a ver a Jaiden no solo como un amigo de su hijo, sino como alguien que necesitaba el calor de un hogar, algo que ellos podían ofrecerle.

Una tarde tranquila, mientras la familia estaba reunida en el salón de la casa, Tom y Emma intercambiaron miradas. Llevaban semanas hablando sobre la posibilidad de adoptar a Jaiden, pero sabían que la decisión debía ser consensuada y cuidadosamente pensada. No era algo que se tomaran a la ligera, pero cada vez estaba más claro para ambos que Jaiden pertenecía a su familia.

—Tom —dijo Emma suavemente, mientras le tomaba la mano—. Creo que es el momento.

Tom asintió con una sonrisa, pero en sus ojos había una mezcla de nerviosismo y emoción. Llamaron a Jaiden y a Fabian, quienes estaban en sus habitaciones. Ambos bajaron las escaleras, sin saber lo que sus padres les querían decir.

—Jaiden, queremos hablar contigo —dijo Emma, su voz un poco temblorosa pero firme.

Jaiden frunció el ceño, claramente preocupado. No sabía si había hecho algo malo o si iba a recibir alguna mala noticia. Tom, percibiendo la tensión en el ambiente, sonrió y le dio una palmada en la espalda para calmarlo.

—Tranquilo, Jaiden. No es nada malo. De hecho, es algo que hemos estado pensando durante mucho tiempo.

Fabian, sentado junto a su amigo, observaba en silencio, intentando adivinar de qué se trataba la conversación. Tom tomó aire y continuó:

—Emma y yo hemos estado hablando, y creemos que, en este momento de nuestras vidas, tú ya eres parte de nuestra familia. Sabemos que has pasado por momentos difíciles con tu propia familia, y queremos que sepas que aquí siempre tendrás un hogar.

Emma miró a Jaiden con ternura y agregó:

—Queremos adoptarte, Jaiden. Si tú también lo deseas, nos gustaría que formes parte oficialmente de nuestra familia.

El silencio que siguió fue abrumador. Jaiden, sorprendido, no sabía cómo reaccionar. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba a Emma y a Tom, sin poder creer lo que acababa de escuchar. Para él, la familia siempre había sido un concepto confuso, algo que nunca había experimentado de la manera en que lo hacían otras personas. Y ahora, se le ofrecía la oportunidad de tener esa estabilidad, ese amor que siempre había anhelado.

—Yo... no sé qué decir —respondió Jaiden con la voz entrecortada—. Gracias... no saben cuánto significa esto para mí. Pero... ¿están seguros?

—Por supuesto que estamos seguros —dijo Tom, colocando una mano en su hombro—. Desde que llegaste a nuestras vidas, has sido como un hijo y un hermano para nosotros. Queremos que eso sea oficial.

Fabian sonrió y abrazó a su amigo. Para él, la noticia no era una sorpresa. Sabía cuánto cariño sus padres sentían por Jaiden y cuánto significaba para él tener un lugar donde sentirse seguro.

—Bienvenido a la familia, hermano —dijo Fabian con una sonrisa amplia, aunque sus ojos también estaban llenos de lágrimas.

Los días que siguieron fueron una mezcla de emoción y ajetreo. El proceso de adopción no fue complicado, ya que Jaiden, a sus 17 años, aún era menor de edad, pero contaba con el consentimiento necesario. A pesar de sus dudas iniciales, Jaiden comenzó a aceptar la idea de tener una familia de verdad, aunque también sentía nervios por el futuro.

La adopción no fue el único gran cambio que se avecinaba. La familia Kaulitz también estaba planeando regresar a Alemania, donde Tom y Emma querían comenzar una nueva etapa. Sin embargo, esto implicaba otro reto para Jaiden: mudarse a un país extranjero sin saber el idioma. La idea lo aterraba, pero al mismo tiempo, sabía que con la familia a su lado, podría superar cualquier obstáculo.

Una tarde, Jaiden se sentó junto a Emma mientras ella revisaba algunos papeles relacionados con la mudanza.

—Emma, no sé cómo voy a hacerlo en Alemania. No hablo alemán, y me siento fuera de lugar solo con pensarlo —admitió Jaiden, bajando la mirada.

Emma dejó los papeles a un lado y lo miró con una sonrisa.

—Jaiden, entiendo que estés nervioso. Mudarse a un país nuevo es difícil, pero no estarás solo. Fabian y Tom estarán contigo, y yo también. Aprenderás el idioma, y con el tiempo te sentirás más cómodo. Lo importante es que ahora tienes una familia que te apoyará en todo momento.

Jaiden asintió, sintiéndose un poco más tranquilo. Sabía que aprender alemán no sería fácil, pero Emma tenía razón. Lo más importante era que no tendría que enfrentarse a esos cambios solo.

Las semanas que siguieron estuvieron llenas de preparativos para la mudanza. La familia empacaba sus pertenencias, vendía lo que no necesitaban y hacía los arreglos necesarios para su nueva vida en Alemania. La prensa, como era de esperar, no tardó en enterarse de la noticia, y los periodistas no dejaban de seguir cada paso de Tom y su familia. Pero esta vez, Tom no parecía molesto por la atención. Al contrario, estaba decidido a mantener a su familia unida y feliz, sin importar lo que dijera el mundo exterior.

Finalmente, llegó el día en que todo estuvo listo. Jaiden, aunque nervioso, se sentía más preparado para lo que vendría. Había empezado a estudiar algunas frases básicas en alemán, y aunque aún no podía mantener una conversación, sabía que con el tiempo mejoraría.

Antes de salir hacia el aeropuerto, Tom reunió a todos en la sala de estar.

—Este es un nuevo comienzo para todos nosotros —dijo con una sonrisa—. No será fácil, pero lo haremos juntos. Y eso es lo único que importa.

Jaiden miró a su nueva familia y, por primera vez en mucho tiempo, sintió que realmente pertenecía a un lugar.

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⏰ Última actualización: Oct 17 ⏰

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Hidden Rhythms | Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora