Era un día importante para Tokio Hotel. Un concierto fuera del país estaba programado, y la familia Kaulitz se dividió para enfrentar la jornada. Emma y Jaiden se quedaron en casa, mientras que Tom y Fabian emprendieron el viaje juntos. El ambiente estaba cargado de emociones y expectativa, como siempre antes de un gran show. Para Fabian, aunque no era su primer concierto, había algo en esta ocasión que se sentía diferente. Quizás era el hecho de que él y su padre aún no habían terminado de resolver sus diferencias, o tal vez era el peso de las reflexiones que había tenido tras leer el diario de su madre. Sea como fuera, el joven estaba dispuesto a aprovechar el momento.Cuando llegaron al lugar del concierto, las preparaciones aún estaban en marcha. El equipo técnico corría de un lado a otro, ajustando luces, probando sonido, y asegurándose de que todo estuviera listo para el espectáculo. Fabian se sentía emocionado, pero también un poco inquieto. La energía en el aire le recordaba los viejos videos que había visto de su padre y su tío Bill en sus días de mayor fama. Había una mística alrededor de Tokio Hotel, algo que lo hacía sentir orgulloso y, al mismo tiempo, un poco fuera de lugar.
Mientras los técnicos terminaban de ajustar los últimos detalles, Bill subió a la tarima para hacer las pruebas de audio. Vio a Fabian observando desde abajo, con esa mezcla de admiración y curiosidad en los ojos, y decidió invitarlo a subir. — ¡Vamos, Fabian! Sube aquí y canta algo conmigo — le dijo con una sonrisa.
Fabian, aunque un poco nervioso, aceptó la invitación. Subió a la tarima, y pronto se encontró cantando junto a su tío. Al principio fue solo un juego, ambos cantaban sin tomarlo demasiado en serio, improvisando letras, bailando y riendo. La energía que había entre ellos era contagiosa. A medida que pasaban los minutos, más miembros del equipo comenzaron a notar su actuación y se sumaron con aplausos y vítores.
— ¡Tienes talento, chaval! — exclamó Bill, dándole una palmada en la espalda. — Quizás en unos años estés aquí arriba con nosotros de verdad.
Fabian se rió, pero la idea quedó flotando en el aire. Había algo poderoso en estar en ese escenario, algo que lo hacía sentir conectado con su padre de una manera que pocas veces había experimentado.
Después de un rato de bromas y risas, Fabian decidió que quería explorar el lugar antes de que comenzara el concierto. Se acercó a su padre, que estaba revisando los últimos detalles técnicos, y le pidió permiso.
— Papá, ¿te importa si me doy una vuelta por aquí? Quiero conocer un poco más este sitio antes de que empiece todo — preguntó.
Tom, distraído entre cables y monitores, asintió sin prestar mucha atención. — Claro, pero no te alejes mucho. No quiero que te pierdas cuando empiece el concierto.
Fabian le sonrió y se fue caminando sin realmente saber a dónde se dirigía. Las horas pasaron mientras exploraba. El lugar era enorme, con pasillos interminables, camerinos llenos de actividad, y áreas restringidas que despertaban su curiosidad. Deambulaba por los pasillos, absorto en sus pensamientos, sin darse cuenta de cuánto tiempo estaba fuera del escenario. Era fácil perderse en la enormidad del recinto, y pronto, sin darse cuenta, se encontró completamente desubicado.
Se detuvo en una esquina y miró alrededor. No había signos que le indicaran el camino de regreso al escenario. Ni siquiera estaba seguro de si el concierto había comenzado. De repente, el bullicio de las pruebas de sonido, las luces y la emoción del espectáculo se sentían muy lejos. Caminó un poco más, esperando encontrar a alguien que pudiera indicarle el camino, pero el lugar parecía vacío.
El eco de sus pasos retumbaba en los pasillos vacíos mientras avanzaba sin rumbo fijo. Trató de recordar por dónde había venido, pero todo el lugar se veía igual. Después de un rato, comenzó a preocuparse. Había perdido completamente la noción del tiempo, y ni siquiera podía oír la música que le indicara si el concierto había comenzado. Sacó su teléfono para llamar a su padre, pero no había señal. Se detuvo por un momento, tratando de calmarse.
— Tranquilo, seguro que esto no es tan grande como parece — murmuró para sí mismo, aunque una parte de él sabía que sí lo era.
Decidió seguir caminando, esperando encontrar el escenario o al menos algún miembro del equipo que pudiera guiarlo de regreso. Pasaron unos minutos más, y finalmente escuchó el sonido de unas voces que se acercaban. Aceleró el paso y dobló una esquina, donde encontró a dos técnicos charlando mientras llevaban equipo.
— Disculpen, ¿pueden ayudarme a encontrar el camino al escenario? Me perdí mientras caminaba — les dijo, tratando de sonar casual.
Uno de los técnicos, un hombre alto con una gorra de béisbol, lo miró con curiosidad. — ¿Eres Fabian, verdad? El hijo de Tom Kaulitz — preguntó con una sonrisa. Fabian asintió, aliviado de haber encontrado a alguien que lo reconociera.
— No te preocupes, te llevaremos de vuelta. El concierto está por empezar, pero creo que aún tienes tiempo — dijo el otro técnico, y juntos comenzaron a guiarlo por los pasillos que lo llevarían de regreso al escenario.
Mientras caminaban, Fabian sintió una mezcla de alivio y frustración. Había perdido la noción del tiempo y, aunque había explorado bastante, no había esperado perderse de esa manera. Cuando finalmente llegaron al escenario, el lugar estaba lleno de gente, la energía era palpable y las luces ya estaban listas para el show. Su padre y su tío Bill estaban afinando los últimos detalles con el equipo, pero apenas lo vieron llegar, Tom se acercó rápidamente.
— ¿Dónde demonios te metiste? ¡Pensé que te habías perdido! — exclamó Tom, aunque su tono era más de preocupación que de enfado.
— Lo siento, pa. Me fui a explorar un poco y... bueno, creo que me perdí en el camino — respondió Fabian, rascándose la nuca, un poco avergonzado.
Tom suspiró, pero luego sonrió y le dio una palmada en la espalda. — No pasa nada. Lo importante es que ya estás aquí. Ve y encuentra un buen lugar para disfrutar del concierto. Hoy será una noche especial.
Fabian asintió y se dirigió a un lado del escenario, donde se encontraba su lugar habitual para ver los conciertos de la banda. Mientras se acomodaba, observó cómo la multitud se preparaba para el inicio del show. La adrenalina comenzaba a fluir en el ambiente, y aunque había tenido un pequeño contratiempo, estaba listo para disfrutar de la noche.
Hola, empecé a notar que la historia ya no tiene tanto apoyo como antes y es algo triste.
La verdad no sé si terminarla o dejarla así, pero ojalá las cosas cambien para bien.Por cierto, tengo una cuenta nueva de insta
por si me quieren seguir. Tal vez suba
fechas de actualización o nuevas historias, incluso povs de diferentes series o películas. Aún
no lo sé, pero espero les guste como va la historia.
Bye d:
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Hidden Rhythms | Tom Kaulitz
FanfictionFabian, criado solo por su madre, descubre la identidad de su padre, Tom Kaulitz, el famoso guitarrista de Tokio Hotel. Años después de ser abandonado, viaja a Los Ángeles para confrontarlo y entender su pasado. En un encuentro cargado de emociones...