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Mientras volvían a casa, Fabian miraba por la ventana del coche, absorbiendo todo lo que había visto y aprendido ese día

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Mientras volvían a casa, Fabian miraba por la ventana del coche, absorbiendo todo lo que había visto y aprendido ese día. Pero había una pregunta que seguía rondando en su mente. Giró la cabeza hacia Tom y, con un tono serio, le dijo:

—Tom, antes de llegar a casa... ¿Podrías contarme más sobre tu relación con mi mamá? Sé que ya me contaste algunas cosas, pero quiero entenderlo mejor.—

Tom asintió, comprendiendo la importancia de la pregunta. Aceleró suavemente mientras pensaba en cómo empezar.

—Claro, Fabian. Es una historia larga, pero es una que merece ser contada —comenzó Tom, con una mirada nostálgica.

En 2006, Emma se encontraba en uno de sus muchos viajes con la banda Tokio Hotel. Desde que aceptó viajar con ellos, su vida se había llenado de aventuras y experiencias nuevas. Aunque era joven, se había adaptado rápidamente al ajetreo de la vida en la carretera y se había convertido en una parte integral del equipo.

Ese día, estaban en Hamburgo para un gran concierto. Emma estaba emocionada, ya que nunca había estado en esa ciudad antes. Desde temprano en la mañana, los chicos se estaban preparando para el espectáculo. Mientras tanto, Emma aprovechaba para explorar un poco los alrededores del hotel y disfrutar de la ciudad.

Durante la tarde, Tom se acercó a Emma mientras ella estaba revisando algunos apuntes escolares en la habitación del hotel.

—Emma, ¿quieres venir conmigo a dar una vuelta antes del concierto? —preguntó Tom, con una sonrisa traviesa.

Emma levantó la vista y asintió, dejando de lado sus apuntes. —Claro, me encantaría. Solo dame un segundo para ponerme los zapatos.—

Minutos después, ambos salieron del hotel y comenzaron a caminar por las calles de Hamburgo. La ciudad estaba llena de vida, con gente yendo y viniendo, y la energía del lugar era contagiosa. Tom y Emma conversaban sobre cualquier cosa y todo, desde sus bandas favoritas hasta los lugares que querían visitar en el futuro.

—¿Sabes, Tom? —dijo Emma, mirando alrededor—Nunca imaginé que mi vida sería así. Viajar, conocer lugares nuevos, estar con ustedes... es como un sueño.—

Tom la miró y asintió. —Lo sé, Emma. Nosotros tampoco imaginamos que la banda llegaría tan lejos tan rápido. Pero me alegra que estés aquí con nosotros. Eres como una hermana para mí.

Emma sonrió, sintiéndose reconfortada por las palabras de Tom. Mientras continuaban su paseo, pasaron por un parque y decidieron sentarse en un banco. La conversación se volvió más profunda, tocando temas personales y sueños futuros.

—Tom, ¿alguna vez piensas en cómo será el futuro? —preguntó Emma, mirando al cielo
—Quiero decir, después de toda esta locura de la banda.—

Tom suspiró, pensativo. —Sí, a veces lo pienso. Quiero seguir haciendo música, pero también quiero una vida normal, ya sabes. Quizás una familia, algo estable. Aunque ahora mismo, es difícil imaginarlo.—

Hidden Rhythms | Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora