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Los amigos de Fabian finalmente se habían ido, dejando tras de sí un rastro de risas y caos que evidenciaban la intensidad del día

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Los amigos de Fabian finalmente se habían ido, dejando tras de sí un rastro de risas y caos que evidenciaban la intensidad del día. Pero ahora, la casa estaba en silencio, y Fabian se encontraba solo en su habitación, mirando fijamente la caja de recuerdos de su madre.

El misterio de Tokio Hotel y la conexión de su madre con Tom Kaulitz no le dejaban en paz. Había algo en esas fotos, en esos objetos, que le inquietaba profundamente. Decidido a llegar al fondo de la cuestión, se sentó en su escritorio y abrió el viejo diario de Emma, dispuesto a leerlo desde el principio.

Las primeras páginas del diario hablaban de los días de juventud de su madre, de sus sueños y de sus amigos. Fabian sonrió al leer sobre la energía y el entusiasmo de Emma por la vida. Pero cuando llegó a la parte donde empezaba a hablar de Tokio Hotel, la sonrisa desapareció de su rostro.

Emma había conocido a la banda gracias a su vecino Gustav, el baterista del grupo. Describía con detalle cómo había pasado tiempo con Gustav desde que eran niños y cómo, con el tiempo, había conocido a los otros miembros de la banda.

Fabian pasaba las páginas del diario con rapidez, devorando cada palabra. Emma y Tom habían mantenido contacto durante varios años, incluso después de que la banda se hiciera famosa. Había entradas de conciertos, mensajes intercambiados y momentos compartidos que Emma había plasmado en su diario.

Una entrada en particular llamó la atención de Fabian. Era de una noche en la que Emma y Tom habían pasado horas hablando sobre sus vidas y sus sueños. Emma había escrito sobre lo fácil que era hablar con Tom, como si lo conociera de toda la vida.

"Tom y yo hablamos de todo esta noche. En el patio de la casa de Gus.. Es como si tuviera un instinto de hermano mayor conmigo. Es como si pudiera decirle cualquier cosa. Hay algo especial en él, una seguridad que nunca nadie me había dado."

Fabian sintió un nudo en el estómago al leer esas palabras. ¿Qué significaba todo esto? ¿Por qué Emma nunca le había hablado de Tom Kaulitz?
¿Podrá ser Tom su padre?
¿Como, si ella habla como si fuera un hermano para ella?
La incertidumbre lo invadía, pero también la determinación de saber más.

De repente, una idea cruzó por su mente. Volvió a la caja y sacó el CD de Tokio Hotel. Lo puso en el reproductor de su madre y se sentó en el suelo, escuchando la música que Emma había amado tanto. Las letras, las melodías, todo parecía resonar con una verdad que todavía no podía comprender del todo.

Después de escuchar varias canciones, decidió buscar más información en internet. Tom Kaulitz era un nombre conocido, y no le costó encontrar entrevistas y artículos sobre él. Cuanto más leía, más se daba cuenta de que la conexión entre Tom y su madre era más profunda de lo que había imaginado.

Una entrevista en particular le llamó la atención. En ella, Tom hablaba sobre su juventud y mencionaba a una amiga especial de Berlín que había influido en su vida. Fabian sintió que se le erizaba la piel. ¿Podría ser Emma esa amiga?

Hidden Rhythms | Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora