Violet
Miro a Drix intentando atar los cordones de mis zapatillas fallando terriblemente en el intentado, veo su expresión concentrada y se que no sé detendrá hasta hacer algo con mis cordones. Hace unas horas el médico me dio el alta afirmando que estaba lo suficientemente bien para salir del hospital luego de hacerme interminables chequeos, pero que si sentía algo extraño en mi cuerpo que no dudara en volver, me aviso que si tengo alguno que otro mareo es totalmente normal.
Adrix: Creo que se verían muy bonitos por dentro.
Dice antes de meter los tiros por los costados de las zapatillas, una salida bastante fácil para una persona que no sabe atar unos cordones.
Violet: Te inscribiré en un curso— me burlo ganándome una mala mirada de su parte, se levanta del suelo y alisa su vestido antes de tomar mis cosas entre sus manos y salir de la habitación dejándome atrás— ¡Espérame!
Camino hacia ella encontrándola en el pasillo mientras textea en su teléfono.
Adrix: Vámonos, quiero pizza.
Yo también.
Asiento con mi cabeza y miro hacia los pasillos notando a unos hombres mirando en mi dirección, frunzo el ceño pero sigo buscando a ver si encuentro a alguno de los chicos en alguna esquina del lugar, Drix me dijo que no habían abandonado mi puerta desde que salieron esta mañana con, según sus palabras, rostros abatidos y caras de estreñidos.
Adrix: Con Ethan tenían cosas que hacer.
Dice leyendo mis pensamientos antes de que siquiera le pregunte, asiento en su dirección y salimos del hospital subiéndonos a su auto, por un momento me quedo fuera del mismo mientras los recuerdos de esa noche inundan mi mente y el miedo recorre mi cuerpo pero tan rápido como vino se va, sacudo mi cabeza y me encargo de que el cinturón de seguridad esté bien abrochado y tras dar una larga exhalación trato de llenar mis pensamientos de otra cosa.
Violet: ¿Qué tal la universidad estos días?
Le pregunto a Drix que se encarga de conducir despacio y cuidadosamente para no asustarme.
Adrix: Nada raro, los maestros siguen siendo insoportables pero eso no es nuevo— parece recordar algo cuando chasquea la lengua de forma perezosa— ah, eso y que Antonio no ha dejado de preguntarme por ti, llego a seguirme a mi casa para ver si me veía contigo o algo así, como estudiante de psicología te puedo asegurar que ese tipo no está bien de su cabeza, creo que tiene un problema grave que debe ser tratado.
Antonio no siempre ha sido un intenso, todo incremento en aquella noche que jugando al puto verdad o reto me toco besar a la persona del frente, que justamente era Antonio, en ese entonces no me pareció tan descabellado darle un pico en los labios pues creía que era un chico tranquilo y que no iba a pasar de allí pero que equivocada estaba, semanas después me lo encontraba en cada pasillo de la universidad, siempre sentía su fija mirada sobre mi en la cafetería y llego a seguirme hasta la biblioteca.
Me pierdo en mis pensamientos hasta que llegamos a mi casa, me bajo del auto lentamente y tomo una profunda respiración cuando el frío aire impacta contra mi rostro, entramos a la casa viéndola totalmente como la dejé aquella noche, no deja ese sentimiento de soledad que la llena por completo desde que mis abuelos no están.
Violet: Lo sabias ¿Verdad?
Le pregunto una vez cerrada la puerta ganándome de inmediato su atención.
Adrix: En un inicio sólo lo sospechaba, luego vi como Alessio y Stefano salían de la oficina del director días antes de que se terminaran sus charlas en la universidad— cuando pienso decir algo me interrumpe— no me correspondía a mi decirte eso— asiento lentamente con mi cabeza pues tiene razón— ¿Qué pasó en el hospital?
Agacho mi mirada.
Violet: Les pedí un tiempo...
Me escucho susurrar.
Adrix: ¿Es lo que quieres?
Ladea su cabeza y arquea una de sus cejas mientras cruza sus brazos, analizándome.
Violet: Es lo que necesito.
Entiende mis palabras enseguida, suspira levemente y me mira a los ojos antes de cambiar de tema cuando nota que el ambiente se vuelve pesado.
Adrix: ¿Pedimos una pizza?— miro como se sienta en el sofá en medio de la sala y camino hacia ella, me siento a su lado y la miro fijamente por varios minutos— ¿Qué?
Eso me pregunto yo.
Violet: Te noto bastante extraña, Drix ¿Qué tienes?
Suelta un profundo suspiro antes de mirarme a los ojos.
Adrix: Debí ir contigo esa noche.
Joder no.
Violet: No, no debiste, todo en la vida pasa por algo Drix. No te sientas culpable por algo que fue absoluta y completamente mi culpa.
No me gusta la idea de que las personas se sientan culpables de algo que no cometieron, no me gusta la idea de que su mente se llene de esa mierda de culpabilidad que no le corresponde a ella.
Solo a mi.
Adrix: No debí dejarte ir al club sola sabiendo cómo son estas fechas para ti, debí ir contigo pero no pude, no pude ir porque Luis llegó a casa a llamarme, estaba drogado y sabía que sería peligroso salir sabiendo que él iría detrás de mi... no quería que algo te pasara por mi culpa y ni eso pude hacer bien.
Me tenso al escuchar el nombre de la mierda humana de Luis, uno de los peores errores que se dignan a contaminar la atmósfera con sus sucias presencias.
Una mierda abusiva.
Violet: ¿Volvió?— asiente con su cabeza y un sollozo sale de sus labios, atraigo su cuerpo al mío y lo envuelvo en un fuerte abrazo mientras acaricio su espalda para que se calme un poco— tranquila, no volverá a hacerte daño.
Susurro, no dejare que esa basura se vuelva a acercar a mi amiga, no de nuevo.
Adrix: Tengo miedo, Violet.
Mi pecho se oprime al escuchar sus palabras y el temblor en ellas, recordar aquellos tiempos solo me hace estremecer al reparar en lo mucho que tuvo que pasar mi amiga.
La vida es una mierda en ocasiones.
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Dulce Mentira [+21]
RomanceUna noche que suponía ser normal, con alcohol, música, sudor y mucha testosterona por los alrededores pero normal a fin de cuentas. ¿Quién diría que una noche de fiesta cambiaría la vida de Violet? ¿Quién diría que una mentira sería tan dulce?