Luca
Miro a mis hermanos quienes están sentados en las sillas frente a mi escritorio, cruzo mis piernas y llevó el vaso de whisky a mis labios.
Alessio: Tenemos que hacerlo.
Asiento con mi cabeza dándole la razón a mi temeroso hermano, miró a Stefano que se encuentra con la mirada perdida en un punto fijo en la pared.
Luca: Se molestará mucho.
Digo lo que sé que ya saben.
Stefano: No quiero que nos deje.
Yo tampoco.
Alessio: No lo hará, nos ama ¿Verdad?
Suelto un pesado suspiro antes de levantarme de mi asiento, miro a mis hermanos luego de dejar el vaso vacío sobre mi escritorio.
Luca: Eso tenemos que descubrirlo hoy— camino hacia la puerta escuchando como ellos se levantan de sus asientos— vamos a ir a buscarla a la universidad, la llevaremos a la mansión y le diremos todo, sin omitir ningún detalle.
Stefano saca su teléfono de su bolsillo y marca a alguien, no le doy importancia mientras camino hacia la recepción.
Alessio: Ya es hora de que nuestra mujer entre a clase, pero los guardias que la custodian no nos han informado nada sobre algún movimiento.
Stefano aparece en mi campo de visión y su expresión no es para nada amistosa, mi respiración se acelera y mis manos empiezan a temblar sin razón alguna, siento una opresión en mi pecho que me hace recostarme contra la pared para no caerme, llevo mi mano a mi pecho tratando de tranquilizar los latidos desbocados de mi corazón.
Stefano: Los guardias no saben dónde está nuestra mujer.
Trago grueso cuando escucho esas putas palabras, Alessio parece estallar al escucharlo.
Alessio: ¿¡Cómo que no saben dónde putas está!?
Grita exaltado, cuando iba a responder mi teléfono suena en mi bolsillo, lo saco con manos temblorosas esperando que sea una llamada de nuestra mujer y casi puedo respirar en paz cuando veo su apodo reluciendo en mi teléfono.
📲Luca: ¿Ojitos?
Pregunto luego de regularizar mi respiración y calmar mis nervios, mis hermanos se acercan rápidamente al escuchar con quien estoy hablando y casi puedo escuchar el suspiro de alivio que escapa de sus labios.
📲Violet: Por favor ayuda...
Escuchar su voz entrecortada causa que algo se rompa en mi interior, miro a mis hermanos dejando que el miedo se apodere de mi cuerpo cuando aquellas palabras llenas de angustias llegan a nuestros oídos, veo las expresiones descompuestas de Alessio y Stefano, me separo de la pared y caminó de forma rápida hacia las escaleras queriendo llegar inmediatamente a mi auto.
Alessio: ¿Dolcezza? ¿Estás bien? ¿¡Dónde estás mi amor!?
La preocupación junto a la desesperación inunda sus palabras. Llegamos a la planta baja de la empresa y salimos inmediatamente sin siquiera reparar en las personas a nuestro alrededor, vemos a lo lejos a nuestros hombres e inmediatamente Stefano se acerca a ellos pero no les presto atención, no cuando no obtenemos ninguna respuesta de parte de nuestra mujer.
No cuando es el silencio lo único que inunda el teléfono.
Stefano: Quiero que ya mismo alguno de ustedes me de alguna puta información de dónde carajos está mi mujer.
Stefano se encuentra alterado y eso nunca es bueno, veo como Alessio se sube a su auto y emprende camino sin siquiera mirarnos, tomo a Stefano del brazo y lo llevo a mi auto cuando veo que ninguno de nuestros hombres sabe nada de ella.
Los matare, los matare a todos.
Sigo el auto de Alessio viendo que este se dirige a la casa de nuestra mujer, aprieto el volante y aceleró cuando empiezo a desesperarme, el auto de Alessio se detiene de repente, veo como baja del auto y hago lo mismo junto a Stefano viendo como Alessio corre hacia un auto en la carretera.
El auto de Violet.
Me bajo de mi auto de forma inmediata y corro hacia el lugar donde se encuentra mal estacionado el auto de nuestra mujer, siento que mi corazón está a punto de salir por mi boca cuando veo que Alessio se queda paralizado mirando el interior del auto, un miedo surrealista se adueña de mi pecho al pensar lo peor, llegó donde se encuentra y miró el interior del auto donde se supone que debería estar sentada nuestra mujer sintiéndome morir cuando veo que está vacío.
Ella no está.
Stefano: ¿Dónde está? ¿Dónde está mi stellina?
Susurra mientras mira hacia todos lados intentando encontrarla, tomó mi teléfono entre mis manos y marcó el número de mis primos.
📲Einar: ¿Tan rápido nos extrañas?
Suelta de forma inmediata, trago el nudo en mi garganta cuando siento como mis ojos se cristalizan al reparar en que no la tengo a mi lado, al pensar en que ella puede estar corriendo peligro, al ver que ella no está aquí.
📲Luca: Necesitaremos algunos de sus hombres.
Alessio ingresa parte de su cuerpo al auto y luego de unos minutos veo como sale con el teléfono de nuestra mujer y algo más en sus manos, nos mira con ojos llorosos y la respiración agitada.
Alessio: Ella... ella...
Las palabras que salen de su boca se escuchan entrecortadas por el llanto contenido, me acerco a su cuerpo sintiendo mis manos temblar.
Luca: Cálmate, la encontraremos.
Me mira a los ojos y veo como los suyos demuestran una preocupación y miedo desgarradores, mira sus manos y Stefano y yo bajamos la mirada a las mismas quedándonos paralizados al ver lo que sostiene con tanto anhelo, mi mundo se sacude violentamente al ver lo que sus manos empuñan.
Stefano: Eso... eso... joder...
Cae al suelo mientras sujeta fuertemente su cabeza, tomó los paquetes de las manos de mi hermano viendo las pruebas de embarazo.
Son seis.
Dios.
Luca: ¿Mi ojitos está embarazada?
No puedo evitar la ilusión en mi voz al imaginarme una pequeña mini ojitos corriendo por nuestros alrededores, me imagino peinándola, comprándole todo aquello que me pida porque es mi niña, mi princesa.
Alessio: Tenemos que encontrarla inmediatamente.
La sola idea de que mi mujer se encuentre embarazada y en peligro solo causa que la opresión en mi pecho se incremente a niveles desorbitantes, aquello que tanto anhele se está cumpliendo en uno de los peores momentos, nuestra mujer desaparecida junto a nuestro hijo.
Mi hijo, nuestro hijo.
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Dulce Mentira [+21]
RomanceUna noche que suponía ser normal, con alcohol, música, sudor y mucha testosterona por los alrededores pero normal a fin de cuentas. ¿Quién diría que una noche de fiesta cambiaría la vida de Violet? ¿Quién diría que una mentira sería tan dulce?