CAPITULO 2: Cerrando ciclos y el inicio de una amistad.

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BY: Carolina Romero.


La chica de pelo agua marino me observaba con cara de, pocos amigos, haciéndome saber que no quería ser interrumpida en este instante, a decir verdad, me dio un escalofrió en la espalda, y además se me enchinó toda la piel, solo atiné a alejarme dos pasos hacia atrás, para darle espacio, mientras ella con esa mirada llena de pena y melancolía, me dice: -disculpa, pero en este momento no puedo atenderte, estoy ocupada, te puedes retirar por favor? -me dijo de la manera más educada posible- y yo asentí bajando la cabeza, - disculpa si te molesté, no fue mi intención, sólo me pareció hermosa tu melodía, con permiso-. Y me di media vuelta y seguí con mi ruta, ya se me hacia tarde para tomar desayuno, pero quedé muy embelesada con su mirada, estaba tan cargada de emociones, y me prometí volver a ver a esa chica, sentía la necesidad de volver a encontrarla.



Después de la interrupción que este chico me hizo, y lo odié por eso, decidí volver a mi casa, mi nana Lupe me fue a buscar a la playa, - mi niña bella tienes que comer y dormir algo, ya mas tarde podemos volver al mar- yo sólo acepté y me apoyé en mi querida y preciada nanita. Por ahora ya salimos de vacaciones y mi propósito ahora es descansar y tratar de llevar mi duelo de la forma más tranquila posible.

Pasaron las horas y me había quedado dormida, ya que mi nanita me dio una taza de melisa para calmar mis nervios y ansiedad. La verdad me sentí mal por cómo le respondí al "chico rubio deportista" se me había quedado su imagen y voz en mi mente, y a ciencia cierta, quería volver a verlo y disculparme por mi actitud tan poco amigable.

-Deberías ir a retomar tu presentación a la playa, te haría bien desahogarte, mi corazón - entra mi nana a mi habitación, - esta bien te voy a hacer caso, no tengo como decirte que no!!!- y tomé mi estuche y salí a la playa nuevamente, en esta ocasión me puse mi vestido corte estrapless blanco, con piedras en la zona del pecho, le pedí a mi nana que me hiciera un peinado simple, nada del otro mundo, y en compañía de mi nanita y las cenizas de mi adorada abuela me dispuse a tocar «Tears In Heaven», de Eric Clapton , a mi abuela le fascinaba ese artista.

Llegamos a la playa y ya estaba oscuro, la brisa estaba muy cálida, y la temperatura del agua era perfecta, mi nana me había comprado un ramo de rosas blancas, las favoritas de mi abuela, nos dirigimos al agua y le grité al mar, - ¡¡¡por favor cuida de ella, te entrego uno de mis mayores tesoros, y también llévate mi dolor, permíteme ser feliz te lo suplico!!!- y con esta frase y mucho llanto en mi rostro, corazón y alma le entregué a mi primer amor.

Con el dolor de mi alma arrojé las cenizas de mi adorada abuela al mar, para dejarla descansar en paz, en compañía de mis tesoros preciados, mi nanita Lupe, mi violín, mi fiel amante, el mar, le arrojamos las rosas blancas para sellar su funeral.

En ese momento me sentí observada, pero a la vez muy aliviada, no sé fue una sensación extraña, mientras tocaba las notas de aquella canción tan bella, pude descargar todas mis tristezas, y me sentí muy contenida, pero a la vez, también toda mi rabia, frustración, agotamiento, miedo, culpa, impotencia, incredulidad, confusión, ansiedad, depresión, nostalgia, soledad, se iban desvaneciendo a como corrían las olas del mar, mi nanita me abraza y me susurra en el oído,- mi niña volvamos a la casa, ya se esta haciendo tarde- y en un grato abrazo nos dimos la vuelta y de pronto veo al "chico rubio deportista" sentado en la arena observando todo lo que acaba de pasar... me quedé sin palabras, y al verme, se acerca a nosotras, y mi nana Lupe dice,- se conocen?- , yo le comento a mi nanita que lo conocí hoy  por la mañana, cuando tocaba el violín en la playa, pero que había sido muy descortés con él, entonces el joven rubio comenta:- no fue mi intención interrumpirlas, sólo que andaba haciendo mi rutina de ejercicios, me presento, me llamo Haruka Tenou , encantada, y por lo que pude observar soy su vecina de la casa de al lado- le interrumpí diciendo : - ¿vecina?, discúlpame pero yo hubiera jurado que eras un chico, pero me alegra mucho poder verte- dije muy apenada- bueno por mi parte te pido disculpas por lo fría y mal educada que fui contigo Haruka, sin embargo tú me hiciste una pregunta, mi nombre es Michiru Kaiho, y ella es mi nana Lupe, encantada- dije ya más tranquila - Y aprovechando la ocasión me encantaría poder invitarte a nuestra casa a cenar, para conocernos mucho mejor, ¿te parece? – Claro me encantaría - dijo Haruka con mucho entusiasmo- le propuse juntarnos en mi casa y le di la ubicación para encontrarnos dentro de una hora a lo cual Haruka accedió de inmediato, mi nanita me dice sorprendida:- es primera vez que invitas a alguien a la casa, así que prepararé algo muy especial para tu invitada- , dijo con total asombro por invitar de la nada a alguien que conocí por mera casualidad, yo aun no comprendía como una chica como Haruka podía parecer un chico, pero la verdad no me importaba, solo quería compensar lo mal educada que fui con ella, dicho esto llegamos a la casa y me cambie de ropa, la verdad aun estaba con muchas emociones encontradas, en tan sólo unos cuantos días había pasado de la tristeza a la tranquilidad, de poder enterrar y hacer el duelo de la muerte de mi abuela, creo que poder cerrar este ciclo de dolor será muy beneficioso para mi salud mental.

Un amor únicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora