Capítulo 47

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En serio quería ver a Lisa, no podía sacarla de mi cabeza y me bastaba con verla, aunque fuera un segundo.

Sabía que la iba a encontrar en la librería, lugar donde podía ir con la excusa de necesitar un libro, entonces fui y me arrepentí cuando llegué.

No quiero ser una molestia para ella, solo quiero verla.

Me sentí como la primera vez que vine a buscarla. A estas alturas, no debería ponerme así, solo que no puedo evitarlo.

Sin importar las tantas cosas que Lisa me hace sentir, siempre sale con algo nuevo...

Mi corazón..., el de arriba, dio un brinco cuando la vi salir de la librería.

Caminó una cuadra y luego volvió con un cigarrillo encendido, a sentarse en la jardinera de afuera.

Me armé de valor y me acerqué.

—¿Qué te preocupa? —pregunté.

Volteó a verme.

—Nada. ¿Qué haces aquí?

Tomé asiento a su lado.

—Me aburrí en mi casa y quise venir a verte —respondí—. ¿Estás ocupada?

—Estoy trabajando.

—Pero, ¿está tu jefa? —Dijo que no con un gesto—. ¿Me puedo quedar?

—No hay nada que hacer ahí.

—Puedo leer algo. Es mejor que estar en casa, escuchando los videojuegos de mi hermano.

Mis padres no están y los amigos de mi hermano seguramente ya están ahí.

Después de inhalar del cigarrillo, lo apagó y me señaló que entrara con ella.

Lo primero que vi fue al segundo empleado, acomodando los libros de una caja nueva.

—Hola —lo saludé cuando reparó en mí.

—... Hola —contestó.

—Julieta —todavía me hace temblar escuchar a Lisa decir mi nombre—. Él es...

—René —el chico se presentó por sí mismo.

—René —repitió ella.

—Llevo casi dos meses aquí y nada más no te aprendes mi nombre.

—Y no me lo voy a aprender.

—Mucho gusto —me dirigí al chico, intentando no reírme.

—Puedes tomar lo que quieras y sentarte donde quieras —me dijo Lisa.

—¿Me harás compañía?

Yo vine aquí para estar con ella, no para pasar el tiempo leyendo algo, o sea, sí, pero con ella cerca.

—En un rato —respondió.

Fui a un pasillo y busqué entre los mangas. Me llevé un par a la mesa de estudio del fondo.

Abrí uno, solo que en realidad no lo estaba leyendo, más bien quería ver si me llamaba la atención como para leerlo.

Casi media hora después, Lisa vino a sentarse conmigo.

—¿No te gusta leer? —pregunté.

—Si tengo tiempo. Leo esos solo si están completos.

—Porque, si no, se te olvida lo que ya leíste —recité lo que me dijo sobre las series.

Mientras hojeaba otro manga, pensé en cómo preguntarle si tiene algún problema en la cabeza.

No sería un inconveniente, solo quiero saber.

En la luna y las estrellas | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora