Hoy era un nuevo día, y Nayeon comenzaba a despertar algo incomoda por el sonido de la alarma. Parecía que ese sonido no dejaba de moverse, era como si se alejara y luego volviera.
Abrió los ojos con pesadez y observando la habitación, se dio cuenta que Jihyo estaba transformada en lobo y tenía el despertador en su hocico, corriendo de un lado a otro mientras lo sacudía y lo lanzaba en el suelo.
—Hey, hey — se levantó de la cama — Deja eso.
Jihyo dejó el aparato en el suelo e inclinando su cabeza, se cubrió una oreja con su pata. Nayeon logró comprenderla, era muy fastidioso para ella.
—Ya está — lo había apagado es un despertador — mostró — Me avisa cuando tengo qué despertarme.
Jihyo salió corriendo a la sala, comenzando a jugar con los cojines y rompiendo una que otra cosa.
Nayeon estiró su cansado cuerpo, y en un bostezo, se acercó a la cocina. Cuando Jihyo volvió a prestarle atención a otro molestó ruido. Era el teléfono y Nayeon no tardó en contestar.
—¿Sí?...Oh, gracias…está bien…no, ya no lo necesito, le pagaré los daños…de acuerdo, gracias — colgó ante la mirada curiosa de Jihyo — Era sobre el auto — el lobo inclinó la cabeza sin entender — La cosa de metal que tú destrozaste cuando me perseguiste en el bosque — reprochó.
Jihyo sólo ocultó su rostro tras una almohada y la miraba de reojo.
La rubia retomó su camino e ingresó a la cocina, observando todo el resto de comida y envolturas en el suelo. Cerró los ojos para tranquilizarse, y sonriendo, comenzó a preparar su desayuno con lo único que quedaba.
Un huevo.
Observó entre gruñidos como Jihyo estaba recostada de lo mas tranquila en el sofá, con su pancita bien llena y con las patas estiradas.
—Así son todos — freía su huevo con molestia — Primero son lindos y luego muestran como son, ah pero no crea que yo voy a limpiar, debe estar loca — dejó su comida sobre su plato, y colocó el sartén usado a un lado para luego lavarlo. Tomó la tetera para poner agua, pero cuando giró al escuchar un ruido, Jihyo se comía su desayuno estando apoyada de dos patas sobre el repostero.
—Jihyo — sonrió, y la lobita la observó moviendo su colita — Quieres casarte conmigo, ¿verdad? — Jihyo asintió mas contenta — Entonces, puedes por favor…¿¡NO COMERTE MI DESAYUNO!? — el lobito se achicó en su lugar con sus orejas caídas — ¡Ash! Ya no importa — se fue molesta a su habitación, encerrándose.
Jihyo quiso entrar, pero por mas que rascaba la puerta, Nayeon no le abría.
Sólo media hora después, y de que Nayeon se diera una ducha, salía del baño en una toalla, deteniendo su paso al observar un planto con un filete y papas sobre su cama. Y en su mesita de noche, un vaso con jugo de durazno en su interior.
En la casa vecina, un joven preguntaba a su hermano por su comida.
(…)
Tzuyu estaba sentada de manera seria, tenía puesto un gordito de baño que cubrían sus orejas y sólo se dejaba cuando Sana le tallaba la espalda.
Sí, la estaba bañando en su forma de lobo.
Sana rascaba todo su pelaje con el shampoo que había comprado, y sonreía cuando el cuerpo de Toto se llenaba de espuma por completo, dejándolo muy gracioso al estar con la mirada seria.
—Vamos, Tzuyu — tallaba su cuello — Sonríe, sólo disfruta el baño.
¿Solo disfrutar? Ja, claro, lo hubiera hecho si eso no incluía haberla engañado.
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Una loba como mascota - Satzu
FanfictionSatzu - Tzuyu vivió mucho tiempo como loba sin la necesidad de convertirse en humana. Sin embargo, ahora le tocó salir al mundo exterior con el objetivo de encontrar a su pareja y salvar a su especie de la extinción. La misma misión la tiene su man...