27. Problemas

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Las miradas estaban en Sana, aquella fuerza no había sido normal en ella y eso Nayeon lo sabía, la castaña nunca había sido capaz ni de levantar un galón de agua

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Las miradas estaban en Sana, aquella fuerza no había sido normal en ella y eso Nayeon lo sabía, la castaña nunca había sido capaz ni de levantar un galón de agua.

Jihyo se levantó entre quejidos y relajó su espalda, sí le había dolido. Molesta, miró a Sana e iba a ir a enfrentarla, la castaña retrocedió y para el fastidio de la pelinegra, Tzuyu se interpuso en medio, mirándola con advertencia.

—Ni te atrevas, Jihyo — pronunció seriamente.

—¿No viste lo que me hizo? — señaló con molestia — Me lanzó contra la pared, ya aceptó pelear.

—Yo no acepté nada — intervino Sana — No tengo porqué pelear por algo que claramente es solo mi decisión. Ellos no se van a quedar en mi casa, y si tanto te molesta, te puedes ir con ellos, solo te acepté por Nayeon, así que no me importa — se retiró de la sala, Tzuyu podía sentir su enojo.

—Sana — llamó Tzuyu, estaba apenada por el comportamiento de su hermana — Sana, espera — quiso seguirla, pero ahora Nayeon la detuvo.

—Déjala, cuando está molesta es mejor dejarla sola — Jihyo bufó y se cruzó de brazos, Nayeon la observó unos segundos, pensativa, hasta que se acercó a ella — Jihyo…¿Podemos hablar afuera?

La pelinegra miró a sus ojos, dándose cuenta de la tristeza en ella, preocupada, asintió de inmediato y siguió a Nayeon a la salida.

La sala se quedó con un silencio incómodo, Jimin, Jungkook y Minjeong, no sabían qué decir ni qué hacer, Tzuyu solo miraba el suelo con tristeza.

—Y…— Jimin decidió romper el silencio — ¿Qué hay de comer?

—Sí, yo tengo hambre — sonrió Jungkook, sin permiso alguno, se dirigió a la cocina por su olfato.

—Pero…chicos — Minjeong pronunció, ¿No habían entendido lo que dijo aquella chica?

—No — Tzuyu se paró en la entrada de la cocina — Sana dijo que no, así que fuera de su casa — mandó seriamente.

—¿Qué? — ambos se miraron, no entendían su actitud — Pero Tzuyu, somos tus hermanos, tu familia — le recordaba Jungkook.

—Sana dijo NO — alzó la voz — Así que fuera de la casa de mi chica — mandó con los ceños fruncidos — Está molesta por su culpa y no me gusta verla así, solo quiero verla feliz y ustedes no ayudan.

—Pero Tzuyu — volvía a suplicar Jimin, tenía mucha hambre.

—No, no y no — negaba con la cabeza — Lo siento, pero pueden conseguir dónde quedarse, son mi familia pero primero está la comodidad de Sana — pronunció segura.

Sus hermanos asintieron al escuchar esto, lo entendían, para ellos su pareja es muy importante.

—Está bien, pero…— Jimin se acercó — ¿Tienes ese tal dinero que cambian por comida? — preguntó — A nosotros ya se nos acabó.

Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora