14. Paso a paso

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Después que Tzuyu y Jihyo ensuciaran la cama por toda la tierra que habían traído en sus patas y pelajes, Sana no tuvo otra opción que resignarse a que Tzuyu le traería una y más desastres como esas, así que solo respiró profundamente, se sentó en la cama y miró a Tzuyu con los brazos cruzados, ella solo seguía moviéndose juguetonamente.

Nayeon se bajó de la cama malhumorada y salió del cuarto sin siquiera mirar a Jihyo, ella por supuesto, sí pudo percibir su estado de ánimo y siendo precavida, la siguió con las orejas abajo y mirada de perro regañado.

Tzuyu recostó su cabeza en las piernas de la castaña y cerró los ojos para que le acaricie la cabeza, Sana solo sonrió levemente.

-¿Despertaste temprano? - Tzuyu levantó la mirada y asintió - Y saliste a jugar, ¿cierto? - recibió la misma respuesta - ¿Sabes que ahora tengo que darte un baño? - Tzuyu bajó las orejas con tristeza, comenzaba a retroceder - No puedo dejarte así, mírate - señaló, Tzuyu se observó y le pareció que no estaba tan mal - Estás llena de tierra y barro, habíamos quedado en que te comportarías, y lo primero que haces es ensuciar mis sabanas y dejarme sin aire cuando saltaste encima. ¡Tú pesas mas que yo! ¡Podrías haberme roto la espalda! - regañó muy a pesar que no deseaba gritarle.

Tzuyu bajó la mirada apenada, y entristecida, caminó a su lado y se metió debajo de las sábanas, segundos después Tzuyu aparecía como humana, solo mostrando su cabeza junto a un tierno puchero.

-Está bien, lo siento, no lo vuelvo hacer - estaba arrepentida - ¿Pero bañarme? Ya me bañé hace una semana - reprochó con tristeza - No es justo, a Jihyo no la mandan a bañar.

-Eso es problema de Nayeon, haya ella si quiere tener una esposa toda sucia, yo la quiero limpia.

La sonrisa de Tzuyu no pasó desapercibida.

-¿Ya me consideras tu esposa? - los ojitos de Tzuyu brillaron ante la idea.

-¡No! - se puso nerviosa, no iba a ser tan débil como Nayeon - ¡Lo que quiero decir es que...es que...- buscaba un escape - Que, si quieres conquistarme, debes ser muy aseada, eso - señaló con duda - Sí, era eso - sonrió.

-Oh...- asintió desanimada - Está bien.

-Transfórmate en lobo, quiero bañarte yo - comentó con alegría.

-¿Eh...? - preguntó dudosa - ¿No debo aprender yo sola?

-Pero es que me gusta lo tierna que te ves de lobito - estaba muy animada - Además, traje mas cosas de la tienda de mi padre, vamos - suplicó - Déjame hacerlo, ¿sí? - Tzuyu la miraba dudosa, la última vez que la había dejado bañarla, le había puesto un gorrito ridículamente rosa mientras le tomaba una y mil fotos en la bañera. No quería pasar por lo mismo, pero verla así de feliz, no le dejaba muchas opciones.

-Está bien - asintió sonriente, amaba verla sonreír.

-Ve poniéndote tus accesorios, yo iré a preparar el baño - bajó corriendo bastante emocionada ante la idea.

Tzuyu solo suspiró resignada y tapándose la cara por completo, volvía a salir como una loba, yendo en su busca de lo que dijo Sana. No había tardado mucho en encontrarlos, y ahora salía del cuarto de Sana para dirigirse al baño, cuando en el pasillo se encontró con su hermana subiendo las escaleras, sostenía en su mano una toalla y un cepillo de baño, también iba a ducharse por órdenes de Nayeon.

Ambas detuvieron sus pasos al verse, Jihyo la inspeccionó de cuerpo entero, viendo que en su cabeza llevaba un gorrito rosa que se sostenía gracias a sus orejas, en su hocico llevaba un pato de hule y sobre su cuello colgaba una toalla con dibujos de gatos.

Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora