29. ¿Viaje?

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Jihyo no había llegado a dormir, Nayeon miraba su lado con resentimiento y tristeza, nadie sabía dónde estaba, excepto su hermana, pero Tzuyu no quería decir nada

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Jihyo no había llegado a dormir, Nayeon miraba su lado con resentimiento y tristeza, nadie sabía dónde estaba, excepto su hermana, pero Tzuyu no quería decir nada.

Sana desayunaba al lado de Tzuyu, la pelinegra escuchaba seriamente lo que Jungkook le contaba, le era aún difícil de creer que esa especie aún exista, llevaban millones de años sin saber nada de ellos.

Mientras conversaban, Sana miraba con reproche cómo las otras dos chicas comían como si las hubieran invitado, sobre todo la pelimarrón, llevaba comiendo cinco panes con pollo sin permiso alguno.

—Entonces debemos ir — pronunció Tzuyu.

—¿Ir a dónde? — preguntó Sana, había estado distraída por ver a esas dos comer.

—A salvar a su pareja, no podemos dejar que lo maten.

Jungkook asentía preocupado.

—Esperen, esperen ¿Se van a arriesgar todos por un chico? — los tres hermanos asintieron — ¿Por qué no llaman a la policía? O mejor, llamen al ejército, pero tú, Tzuyu, no vas — mandó.

—¿Qué? ¿Por qué? Es mi manada — preguntó seriamente.

—Porque es muy peligroso, ¿Crees que no sé qué son los licántropos? Esas cosas hasta se paran en dos patas, y mírate tú, todo un lobito tierno que para con su mochilita puesta.

—¿Qué tiene mi mochila? — preguntó ofendida.

—Que no vas, Tzuyu — se puso de pie para dirigirse a las escaleras, todas las miradas eran de incomodidad.

—Le tocó una pareja mandona — susurró Jungkook.

—Claro que voy, tú no me mandas — respondió a la defensiva — Además no eres nada mío para que me mandes — hizo detener a Sana en medio de las escaleras — Somos una manada, una familia, si alguien necesita ayuda, todos vamos, nos ayudamos unos a otros.

—Ush, creo que la hizo enojar — susurró Jimin.

Sana bajó las escaleras a pasos firmes, quedando frente a ella, la mirada de Tzuyu era seria, al igual que de la castaña.

—¿No soy nada tuyo? — preguntó, sin esperar nada, tomó de la polera de Tzuyu y la trajo a ella a un beso, dejándola sorprendida. Volvió a alejarse de ella y su mirada seguía seria — Eres mi pareja Tzuyu — pronunció segura de sus palabras — No puedo dejarte ir y que te lastimen. Eres una lobita tierna y juguetona, no eres un monstruo como ellos para ir a pelear, te vas a hacer daño y no quiero eso.

Tzuyu mantuvo silencio durante unos segundos, Sana por fin la había aceptado como su pareja, pero por alguna razón, no era momento de ponerse feliz.

—Lo siento, Sana — quitó sus manos de ella — Voy a ir a pesar de lo que digas — se alejó para acercarse a su hermano Jungkook, él esperaba en la puerta ya, no podían tomarse unos días de descanso.

Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora