19. Me quieres

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Sana fue la primera en entrar a casa, se encontraba realmente molesta por todo, por caminar por horas, por entrar a ese asqueroso burdel, por encontrar a Tzuyu besándose con esa vieja y sobre todo, por decirle novia

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Sana fue la primera en entrar a casa, se encontraba realmente molesta por todo, por caminar por horas, por entrar a ese asqueroso burdel, por encontrar a Tzuyu besándose con esa vieja y sobre todo, por decirle novia.

¡¿Cómo era posible eso?!

Lo que más le enoja es que Tzuyu no a dejado de hostigarla con eso desde que había vuelto de rescatar a la señora.

—¿Soy tu novia? — Tzuyu ingresaba tras ella.

—No — comenzó a subir las escaleras, quería darse una ducha para quitarse la peste a sudor.

—Pero tú lo dijiste — la seguía.

—Yo no dije nada — llegaba a su habitación.

—Sí lo dijiste, me llamaste novia, soy tu novia.

—No — se metió al baño.

—Sí — la siguió.

Jihyo entraba a con Nayeon durmiendo en su espalda, aun estaba cansada por las horas que había caminado y Jihyo le ofreció cargarla para que duerma hasta que lleguen a casa.

Ahora le daba mucha pena despertarla pero, sin ofender...olía a perro mojado y necesitaba un baño.

—Cariño — la recostó en el sofá — Despierta — la removió.

Nayeon abrió los ojos con pereza.

—¿Ya llegamos?

—Sí — sonrió — Ahora ve a ducharte, apestas — ordenó seriamente.

—Mira quien lo dice — ambas rieron — Ahora voy — se acomodaba de lado y volvía a querer dormir —Solo un rato más.

—No, debe ser ahora, vamos — halaba su brazo, comenzando a arrastrarla fuera del sofá.

—No quiero — se dejaba llevar.

—Vamos, luego puedes dormir — la arrastraba por el piso con cuidado.

—Está bien — Nayeon suspiró, cuando una traviesa idea cruzó por su mente — Jihyo...

—Dime — miraba a sus espaldas para comenzar a subir las escaleras.

—¿No quisieras...bañarte conmigo? — Jihyo se detuvo y giró a observarla con sorpresa — Es para ahorrar agua — rió nerviosa — ¿Aceptas?

—Eh...— ¿Esa era su oportunidad? ¡Podría tener a sus cachorros! No podría desaprovecharlo — Sí — sonrió ansiosa y la levantó rápidamente para ponerla sobre su hombro, comenzó a subir las escaleras corriendo y provocó la risa de Nayeon, se veía muy emocionada.

Pasaron por la habitación de Sana, donde la discusión seguía.

—¿Puedes salir? Necesito ducharme — Sana esperaba con los brazos cruzados.

—Tú siempre estás cuando me baño, no me voy — se sentó sobre el lavamanos, decidida a no moverse de allí.

—¡No es lo mismo! No eres humana en ese entonces, eres un animal — Tzuyu la ignoró — ¡Ya, Tzuyu, necesito que te vayas, estoy apestando!

—Para mi hueles bien — olfateó.

—Claro, lo dice quien come ratas — viró los ojos — ¿No quieres moverte? Bien, para eso hay cortinas — se adentró a la bañera y la cerró, dejando curiosa a Tzuyu — No te acerques, ni se te ocurra.

—No estoy haciendo nada.

La rubia observó la silueta de Sana por detrás de las cortinas, ella comenzaba a desvestirse y eso llamaba la curiosidad de Tzuyu.
                                          
Comenzó a inclinarse hacia adelante inconscientemente para verla, cuando perdió el equilibrio y cayó de cara contra la puerta.

Sana se asomó de prisa tras la cortina y observó extrañada a Tzuyu aun sentada en el lavamanos, silbando y viendo el techo.

—Tzuyu...

—¿Sí? — giró a verla con una sonrisa.

—¿Por qué la puerta tiene un agujero? — preguntó extrañada.

—No sé, sabrás tú, es tu casa.

Sana la miró con sospecha antes de volver a desaparecer tras la cortina.

La ropa era lanzada a la cesta mientras una canción comenzó a reproducirse. El agua cayendo comenzó a sonar y el dulce canto de Sana se escuchó en el pequeño cuarto.

—"A partir de hoy, voy a tener algo contigo"

—Sí — respondió Tzuyu.

—Estoy cantando, no interrumpas — cambió de canción — "Cariño, llevame a la locura. Tú eres lo mejor que he tenido"

—Lo sé — Tzuyu sonrió con arrogancia.

—¡Que estoy cantando!

Jihyo y Nayeon jugaban divertidas dentro de la bañera llena de espuma, ambas seguían con sus prendas interiores puestas e iban quitándose entre pequeñas sonrisas cómplices.

Jihyo estaba sentada por completo en la bañera y Nayeon se encontraba arrodillada delante de ella, la pelinegra no desaprovechaba la oportunidad de acariciar su cintura y admirarla, mientras la más alta se quitaba en un coqueteo divertido las tiras de su brasier.

—Permiso — Tzuyu entraba con naturalidad al cuarto de baño, haciendo que Nayeon se siente rápidamente y se cubra con sorpresa, Jihyo la abrazó a ella para que Tzuyu no la viera.

—¿Qué haces aquí? — regañó Jihyo a su hermana, ella parecía buscar algo, no parecía interesarle ni verse sorprendida por como las encontró.

—Sana necesita el shampoo, dice que no hay — seguía buscando con la mirada — Ah, aquí está — se acercó a la bañera y se inclinó sobre las chicas para poder tomar la botella que estaba sobre ellas.

Se dirigió a la puerta y salió como si nada.

Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora