34. Cuidándote

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Cuando lanzó al pequeño animal al suelo, giró a buscar a las demás chicas, sus rojizos ojos localizaron a la castaña y fue corriendo a ella

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Cuando lanzó al pequeño animal al suelo, giró a buscar a las demás chicas, sus rojizos ojos localizaron a la castaña y fue corriendo a ella.

Sana estaba lista para recibirla y proteger a Minjeong, cuando Dahyun cayó torpemente al suelo al recibir un disparo entre sus dedos de patas traseras.

Nayeon había disparado.

Momo se percató de aquello y zafándose de la mordida de Jimin, corrió a Dahyun y frenó sus pasos frente a ella, chilló preocupada al ver su vientre, temía que haya lastimado gravemente.

Dahyun iba a levantarse cuando sintió una fuerte contracción debajo de su abdomen, desde hace horas que había estado sintiendo dolores punzantes.

Nayeon iba a volver a disparar, ya estaba alistando el arma, cuando Momo se dio cuenta y se puso delante de Dahyun, gruñendo como advertencia.

—¡Sana! — preguntó, apuntando — ¡¿Qué hago?! ¡Es su hermana! — avisó.

La castaña se alejó de Minjeong cuando Jimin llegó a su lado para cuidarla, sacó la navaja de su bolsillo y se acercó a Nayeon, ambas veían a la loba frente a ellas, no dejaba de gruñir, Dahyun seguía chillando de dolor e intentaba levantarse.

Momo giró a sus espaldas cuando Dahyun se puso difícilmente de pie y decidió adentrarse al bosque, Momo volvió a verlas y sin perder tiempo, fue tras Dahyun, ambas desaparecieron entre la oscuridad del bosque.

—Ve a ayudarlos — mandó Sana, Nayeon asintió y corrió por delante del granero, no sabían si estaban perdiendo la pelea.

Sana se apresuró a llegar donde estaba Leo e inclinándose, miró preocupada al felino que aún no se movía, el pequeño hilo de sangre se había detenido.

Llevó sus dedos al cuello para saber si aún respiraba, y suspiró aliviada al sentir sus pulsaciones, llevó sus manos a su boca y al abrirla con cuidado, notó que la sangre venía de una herida en sus labios, no venía de su interior.

Al parecer solo estaba inconsciente.

—Vamos — se quitó su chaqueta, cubriéndolo — Resiste, luego vendré por ti — acarició su cabeza y se puso de pie — ¡Hey! — comenzó a retroceder, llamando a Jimin y Minjeong — ¡Cuídenlo! — corrió hacia delante del granero cuando ellas asintieron.

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Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora