El día se hacía más soleado al pasar de las horas, Tzuyu y Jihyo habían caminado por mucho tiempo en busca de la dirección, no pensaron que se encontraría tan lejos.
Esto por supuesto afectaba a Sana y Nayeon, quienes caminaban lentamente y exhaustas por el largo recorrido. Observaban desde lejos como las lobas parecían como si apenas hubiesen salido a caminar, cuando ellas ya sentían sus piernas débiles y temblorosas, y sudando como si estuvieran en un sauna.
—Okay — Nayeon se sentó en el suelo — ya no puedo más, estoy...— tomó aire — muy cansada.
Sana se apoyó en sus rodillas, descansando.
—Es increíble...— las hermanas observaban el celular — ¿Por qué no se cansan?
—Será...— se apoyó en su amiga para levantarse y dirigirse a un banco cerca — Por su especie — cayó rendida sobre el banco — Voy a dormir un rato, ¿Sí? — cerró los ojos.
—No te puedes dormir aquí — notó que Tzuyu y Jihyo tocaban una puerta — Llegaron — sonrió — Ya podemos descansar — se acercó a Nayeon y la hizo a un lado — Hazme un espacio — se recostó en el borde — Solo descansaremos un rato — cerró los ojos.—¿Vienen en busca de trabajo? — preguntó un robusto hombre.
—Sí — Jihyo sonrió, estaba emocionada — ¿Aun se puede?
—Mmm — las observó de pies a cabeza — Tienen buena apariencia — se asomó un poco a la calle para observar que nadie las esté observando — Entren — pidió.
—¿Ya tenemos trabajo? — preguntó Jihyo, Tzuyu aun estaba deprimida por lo que le había dicho.
—Hablaremos dentro, aquí no podemos.
—Ah, bueno — Jihyo tomó la mano de su hermana y la guió.
Dentro estaba levemente obscuro, siendo alumbrado nada más por tenues luces rojas y unas luces neón colocados en las paredes. La gran sala estaba amoblada con cuatro sillones y una mesa al centro, y a un borde se encontraba un largo pasillo que tenía muchas puertas.
—Y díganme, ¿Cómo supieron del trabajo? ¿En serio les interesa esto? — el hombre preguntó dudoso.
—Lo supimos por el patorico — respondió Jihyo.
—¿El qué?
—Por eso — mostró el periódico, haciendo reír al castaño.
—Oh, el periódico — se sentó en uno de los sillones — Tomen asiento — ofreció.
—Sí — Jihyo así lo hizo, pero observó con duda a su hermana quien seguía de pie, mirando a sus pies con tristeza — Ven — la jaló de su mano e hizo que se sentara.
—¿Segura que tu amiga quiere trabajar en esto? Mira, aquí no obligamos a nadie, ¿Está bien? Si no lo desean puedes irse.
—No, no — se apresuró a responder Jihyo — Sí quiere, ¿verdad, Tzuyu? — la rubia asintió sin ánimos — ¿Lo ve?
—Bueno...— no estaba convencido — entonces, les diré como va esto.
El hombre solo les explico los detalles, cómo se desarrollaba el trabajo, no le vio la necesidad de decirles en qué se basaba ese trabajo, se supone que ya lo sabían.
Jihyo y Tzuyu aceptaron.
ESTÁS LEYENDO
Una loba como mascota - Satzu
FanfictionSatzu - Tzuyu vivió mucho tiempo como loba sin la necesidad de convertirse en humana. Sin embargo, ahora le tocó salir al mundo exterior con el objetivo de encontrar a su pareja y salvar a su especie de la extinción. La misma misión la tiene su man...