🪬 D i e c i o c h o 🪬

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Cuando Jimin regresó, su corazón latía con anticipación al pensar en finalmente ver a su esposo

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Cuando Jimin regresó, su corazón latía con anticipación al pensar en finalmente ver a su esposo. Había estado esperando este momento durante todo el viaje y no podía esperar a abrazar a Yoongi nuevamente. Sin embargo, al entrar en la casa, la bienvenida no fue como esperaba.

— ¡Yoongi! ¡Estoy en casa! —  llamó Jimin, dejando sus maletas junto a la puerta y dirigiéndose rápidamente hacia la sala.

Yoongi estaba sentado en el sofá, trabajando en su laptop. Al escuchar la voz de Jimin, levantó la vista y le dedicó una sonrisa débil. — Hola, Jimin. Bienvenido.

Jimin se detuvo un momento, notando la frialdad en la voz de Yoongi. Se acercó y se inclinó para darle un beso, pero Yoongi se apartó ligeramente, haciendo que el beso apenas rozara su mejilla. Jimin frunció el ceño, preocupado. — ¿Estás bien?

Yoongi cerró su laptop y se levantó, evitando el contacto visual. — Sí, estoy bien. Solo... tengo mucho trabajo. ¿Cómo te fue en Italia?

La pregunta fue formulada con tono indiferente, como si no tuviera realmente interés en la respuesta. Jimin se sintió herido, pero trató de mantener la calma.  — Fue bien, pero te extrañé mucho. ¿Por qué no me contestaste las últimas veces que llamé?.

Yoongi se encogió de hombros, su expresión aún distante.
— Estaba ocupado. También tuve que lidiar con algunas cosas aquí.

Jimin dio un paso más cerca, tratando de tocar el brazo de Yoongi, pero este se apartó nuevamente. — Yoongi, sé que algo está mal. ¿Podemos hablar?

Yoongi finalmente lo miró a los ojos, su mirada llena de tristeza y resentimiento. — ¿Hablar? ¿Hablar de qué, Jimin? ¿Vas a decirme la razón por la que te referiste a mi de esa forma en aquella llamada?

Jimin frunció el ceño — ¿Que llamada?

Yoongi miró a Jimin con una mezcla de tristeza y frustración cuando este le preguntó sobre la llamada.

— Olvídalo Jimin.

Jimin frunció el ceño, notando el cambio en la actitud de su esposo.  — Yoongi, por favor, dime qué te está molestando. Podemos hablar de esto.

Yoongi negó con la cabeza lentamente. — No es nada.

Con gesto apesadumbrado, Jimin observó cómo Yoongi se levantaba y recogía sus cosas para dirigirse a su estudio. No había más palabras entre ellos en ese momento, solo un silencio pesado lleno de emociones no expresadas.

Yoongi se quedó trabajando en su estudio, absorto en la edición de las fotos de Taehyung para la próxima colección. El proceso de crear, ajustar y perfeccionar cada imagen le permitió sumergirse en su trabajo y apartar temporalmente sus preocupaciones personales.

Cuando finalmente bajó más tarde, encontró a Jimin en la cocina, concentrado en preparar la cena. El aroma tentador de la comida llenaba la casa, pero Yoongi se sentía distante y aún perturbado por las imágenes que había visto días atrás. Jimin notó la actitud fría de Yoongi pero decidió intentar romper el hielo.

— ¿Cómo estuvo tu día en el estudio, cariño? — preguntó Jimin con una sonrisa suave, tratando de ser amable y cariñoso.

Yoongi no respondió de inmediato. Jugó con las palabras en su mente antes de responder con voz apagada, — Estuvo bien, solo ocupado.

Jimin asintió, manteniendo su compostura a pesar del desaire. — La cena estará lista en unos minutos. Seguro que te ayudará a relajarte después de un día largo, mi amor.

— No tengo hambre. —  respondió Yoongi abruptamente, sin mirar a Jimin a los ojos.

El tono cortante de Yoongi resonó en el silencio que siguió. Jimin suspiró, sintiendo el peso de la distancia entre ellos. Decidió no presionar más en ese momento, reconociendo que las emociones de Yoongi necesitaban espacio para ser procesadas.

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Al final Yoongi si bajo a cenar pero permaneció distante, absorto en sus pensamientos mientras jugueteaba con la comida en su plato sin mucho interés. Jimin intentó iniciar conversaciones ligeras, contarle anécdotas del trabajo y hacerle reír con algunas bromas, pero Yoongi respondía solo con monosílabos o gestos vagos.

Después de un rato, Jimin decidió no forzar la situación. Terminaron la cena en un silencio incómodo, cada uno sumido en su propia introspección. Yoongi se excusó rápidamente y subió de nuevo a su estudio, dejando a Jimin en la cocina con un nudo en la garganta y la sensación de que algo importante se estaba desmoronando entre ellos.

Mientras Yoongi trabajaba en sus fotos, el peso de su angustia se intensificaba. Miraba fijamente la pantalla de su computadora, pero apenas veía lo que estaba haciendo.

Después de un tiempo, Jimin subió a ver a Yoongi, pero al abrir la puerta del estudio y ver la expresión perdida en el rostro de su esposo, sintió un dolor agudo en el pecho. Sabía que algo había cambiado profundamente entre ellos, algo que no podía ignorar por más tiempo.

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Jimin observó con pesar cómo Yoongi seguía distante y frío en los días siguientes. Cada intento por parte de Jimin de acercarse a él, de hablarle con cariño y preocupación, era recibido con respuestas cortantes o simplemente ignoradas. Era como si Yoongi estuviera presente físicamente, pero emocionalmente muy lejos.

Una mañana, Jimin preparó el desayuno con esmero, dispuesto a romper la barrera que parecía haberse erigido entre ellos.
— ¿Quieres más café, cariño?—  preguntó Jimin, sosteniendo la cafetera con una sonrisa forzada.

Yoongi, que había estado mirando fijamente su teléfono sin realmente prestar atención a Jimin, suspiró sin levantar la vista. — No, gracias,—  murmuró en tono neutral, sin emoción.

Jimin sintió un nudo en la garganta mientras ponía la cafetera de vuelta en la mesa. Intentó nuevamente iniciar una conversación ligera, recordando un momento divertido que habían compartido hace tiempo, pero Yoongi apenas asintió sin mostrar ningún signo de interés.

Con el corazón apretado, Jimin decidió enfrentar la situación.
— Yoongi, cariño, ¿qué está pasando? — preguntó con suavidad, colocando una mano sobre la de Yoongi que yacía sobre la mesa.

Yoongi retiró su mano bruscamente y miró a Jimin con ojos cansados. — No pasa nada,— respondió lacónicamente, con un tono que no dejaba lugar a más preguntas.

El silencio pesado llenó la habitación, cada segundo amplificando la distancia entre ellos. Jimin sintió cómo su pecho se llenaba de angustia y confusión. — Por favor, Yoongi, háblame. Estoy aquí para ti. —  dijo en voz baja, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con escaparse.

Yoongi levantó la mirada finalmente, pero su expresión seguía siendo impenetrable. — No quiero hablar ahora. —  murmuró antes de levantarse de la mesa y dejar a Jimin solo en la cocina, con el corazón roto y sin entender qué había sucedido para que Yoongi se alejara tanto.

 —  murmuró antes de levantarse de la mesa y dejar a Jimin solo en la cocina, con el corazón roto y sin entender qué había sucedido para que Yoongi se alejara tanto

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