Park Jimin es el CEO más poderoso y el hombre más rico de Seúl, deseado por todas las mujeres. En su vida pública, es conocido por ser frío y tosco. Sin embargo, al cruzar la puerta de su hogar, se transforma en el esposo más tierno y amoroso, un la...
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Yoongi se levantó temprano, antes de que Jimin despertara, y se sumergió en una larga ducha. El agua caliente le reconfortaba, pero no podía sacudirse la sensación de malestar que había estado sintiendo los últimos días. Salir de la ducha, se vistió con ropa cómoda y preparó una pequeña mochila con algunos bocadillos y bebidas que había encontrado en el refrigerador.
Mientras Yoongi organizaba sus cosas, Jimin entró en la cocina con un bostezo. — ¿Qué estás haciendo, cariño? — preguntó Jimin, con la esperanza de compartir el día juntos.
Yoongi se volvió hacia él, su mirada evitando la de Jimin. — Voy a salir por un rato, — respondió vagamente, evitando cualquier contacto visual directo.
Jimin frunció el ceño ligeramente, preocupado por la distancia que sentía crecer entre ellos. — ¿Necesitas compañía? Podríamos pasar el día juntos en algún lugar bonito — ofreció, esperando que Yoongi le permitiera estar a su lado.
Yoongi negó con la cabeza, continuando con su preparación sin decir más. Era evidente que no quería la compañía de Jimin en ese momento, lo cual hirió a Jimin profundamente. La falta de comunicación y el alejamiento repentino eran dolorosos, pero decidió no presionar a Yoongi más.
— Está bien, — dijo Jimin suavemente, tratando de ocultar su decepción. — Cuídate mucho, amor. — agregó, deseando poder entender qué estaba pasando en la mente de su esposo.
Con un suspiro, Yoongi asintió levemente y salió de la casa sin mirar atrás. Jimin se quedó en la cocina, sintiendo un nudo en la garganta mientras veía a Yoongi alejarse. Sabía que algo no estaba bien, pero no sabía cómo arreglarlo.
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Yoongi llegó al río Han y divisó a Hoseok cerca de un auto, visiblemente nervioso. A pesar de sus propios nervios, Yoongi forzó una sonrisa y tomó todas las cosas del picnic antes de caminar hacia él. A medida que se acercaba, parecía que el resto del mundo desaparecía, dejándolos a ellos dos solos contra todo lo demás.
Hoseok levantó la mirada con una mezcla de sorpresa y alivio al ver a Yoongi acercarse. — Hola, Yoongi. — saludó con una sonrisa tímida, tratando de ocultar su propia ansiedad bajo una máscara de calma.
Yoongi le devolvió la sonrisa, sintiéndose aliviado de ver a alguien que entendía lo que significaba luchar contra la fobia social. — Hola, Hoseok. — respondió, colocando la mochila en el suelo y sentándose junto a él. — Gracias por venir.
Hoseok asintió, jugueteando nerviosamente con sus manos. — No hay problema. Sabes que estamos en esto juntos y somos amigos. — dijo con voz suave, mirando a Yoongi con complicidad.
Ambos se sumergieron en un silencio cómodo, disfrutando del sonido del agua y la brisa ligera que soplaba desde el río. Era reconfortante estar con alguien que entendía sus luchas, alguien que no juzgaba por las dificultades que enfrentaban.
