Park Jimin es el CEO más poderoso y el hombre más rico de Seúl, deseado por todas las mujeres. En su vida pública, es conocido por ser frío y tosco. Sin embargo, al cruzar la puerta de su hogar, se transforma en el esposo más tierno y amoroso, un la...
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Jimin se encontraba en su oficina, ensimismado por la preocupación que crecía en su pecho. Durante toda la semana anterior, había notado cómo Yoongi se alejaba cada vez más de él. Cada intento por acercarse había sido recibido con frialdad, y las conversaciones se habían vuelto escasas y tensas.
Recordaba con claridad la última vez que Yoongi había sonreído genuinamente, y la imagen se desvanecía rápidamente en comparación con la atmósfera actual de distanciamiento que había entre ellos. No importaba cuánto intentara Jimin reconectar; parecía que cada paso que daba hacia Yoongi lo alejaba más.
Sentado frente a su escritorio, Jimin cerró los ojos un momento. No entendía qué había cambiado, qué había ocurrido para que Yoongi se distanciara de esa manera. Se preguntaba si había cometido algún error, si había algo que había dicho o hecho sin darse cuenta que había herido a Yoongi.
Mientras reflexionaba, el sonido del teléfono rompió el silencio de su oficina. Era una llamada urgente de uno de los ejecutivos de la compañía en Dublín, hablando sobre un problema con los inversionistas que requería su atención inmediata. Jimin suspiró resignado, sintiendo el peso de sus responsabilidades empresariales.
Aunque su mente estaba ocupada con las preocupaciones del negocio, en lo más profundo de su corazón, Jimin sabía que su mayor preocupación era la distancia creciente entre él y su esposo. Sentía que algo se estaba rompiendo entre ellos, y no sabía cómo repararlo.
Con un nudo en la garganta, Jimin dejó la llamada a un lado y se permitió un momento de debilidad. Necesitaba encontrar la manera de volver a conectarse con Yoongi, de reconstruir lo que sea que se había perdido entre ellos. Porque aunque el mundo de los negocios demandaba su atención, su corazón anhelaba desesperadamente recuperar la complicidad y el amor que habían compartido.
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Jimin se encontraba en la sala de estar revisando su agenda de viaje para la próxima semana. Dublin era el destino esta vez, un viaje crucial para cerrar un trato importante para Park Corporation. Después de unos momentos de reflexión, se acercó a Yoongi, quien estaba concentrado en su computadora en el estudio.
— Amor, tengo que ir a Dublin la próxima semana — anunció Jimin con una mezcla de pesar y deber.
Yoongi levantó la mirada de la pantalla, sus ojos encontrando los de Jimin con una expresión neutral. Asintió lentamente, sin decir una palabra.
Jimin se sintió un nudo en el estómago al ver la falta de emoción en la respuesta de Yoongi. — Lo siento, cariño. Sé que he estado viajando mucho últimamente — , dijo Jimin con sinceridad, acercándose y poniendo una mano en el hombro de Yoongi.
Yoongi asintió de nuevo, suspirando levemente antes de volver a centrarse en la pantalla de la computadora.
Jimin bajó la mirada, sintiendo cómo la distancia entre ellos parecía ampliarse con cada viaje necesario para su trabajo. Sabía cuánto afectaba a Yoongi su ausencia prolongada, y aunque entendía sus responsabilidades como CEO, anhelaba la conexión y la cercanía que compartían antes.
