En el año 2021 salió un anime llamado Hige wo Soru, basado en la novela ligera y manga del mismo nombre. La historia trata de un joven asalariado llamado Yoshida que una noche conoce a una chica de 16 años llamada Sayu en la calle. Esta le ofrece su cuerpo a cambio de un lugar donde dormir, pero tras rechazarla, Yoshida la deja quedarse de todas formas sin pedirle nada a cambio. Una sinopsis algo interesante si me lo preguntan, pero ¿qué me dirían si supieran que estaba basada en algo real? Sayu solo es un reflejo de un problema que está creciendo más y más en la sociedad japonesa.
La realidad del país del sol naciente
Toyoko Kids es el término utilizado para los jóvenes, principalmente de entre 16 y 18 años, que escapan de casa estando en plena edad de instituto y se las arreglan para sobrevivir en la calle, haciendo lo que sea necesario. Tanto chicos como chicas sufren esta situación, pero son sin duda las mujeres quienes la pasan peor. Al vivir solas, muchos hombres pervertidos o desesperados las seducen o les pagan para brindar ciertos servicios. En casos peores, son engañadas para trabajar en burdeles con una deuda impagable. Y ya que Japón es una sociedad en gran parte machista, no hay mucho que se pueda hacer al respecto. ¿Pero por qué ocurre esto?
Muchas son las razones: bullying, deseo de autonomía y muchas otras más. Pero sin duda la principal es el ambiente familiar. Puede que Japón luzca como un país civilizado y avanzado en tecnología, pero la realidad es que, incluso en las familias más acomodadas, no existe amor familiar. En una sociedad donde se enseña que el respeto y el honor son lo más importante, gran parte de las familias no tratan a sus hijos como en este lado del mundo. No confundan, hay padres y familias cariñosas, pero gran parte no son así. Muchas de estas solo tratan a sus hijos como herramientas de éxito, poniéndoles expectativas tan grandes para que obtengan un trabajo adinerado y un futuro asegurado. Las escuelas y universidades solo empeoran la situación con la sobrecarga de tareas y los empleos con el abuso laboral. Antes, este problema no se notaba por la falta de redes sociales, pero ahora es mucho más común y los jóvenes optan por abandonar dichos hogares y vivir por su cuenta en las calles, como vagabundos pero con teléfonos.
Sinopsis extendida
Yoshida es un asalariado de 26 años que trabaja hasta tarde y algunas noches sale a beber con sus amigos. Él está enamorado de su senpai y jefa en turno. Un día salen a cenar y Yoshida se le declara, pero Gotou le dice que tiene pareja. Tras desahogarse con cerveza con su amigo, Yoshida regresa ebrio a casa. Bajo un farol de luz encuentra a una chica de preparatoria, que le pide quedarse en su casa y que puede darle su cuerpo si lo desea como pago. Yoshida se sorprende de que las jóvenes de hoy sean tan aventadas, cosa que rechaza, así que la chica insiste en que solo la deje quedarse con una sonrisa en su rostro. Sin más opción, Yoshida acepta.
Ya en casa, la chica intenta ofrecerle su cuerpo una vez más, pero Yoshida se niega, ya que está cansado y medio dormido. Le pide que le haga sopa de miso. Al despertar, Yoshida se sorprende al ver a Sayu, pues no recordaba mucho de ayer. Ella lo pone al día. Tras pedir su identificación de estudiante, descubre que se llama Sayu y tiene 16 años, lo cual le preocupa dado que una menor de edad está sola a altas horas de la noche. Sayu explica que se fue de casa y desde entonces pide asilo. Hubo ocasiones en las que tuvo que ofrecer su cuerpo para quedarse más tiempo, lo cual es preocupante.