XXXIII

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Navarrete

Siento que estoy viviendo una pesadilla, veo a esa chica caminar como si nada por los pasillos y me pregunto si estoy en otra dimensión, si acaso mi familia y yo morimos y no me di cuenta. Y sé que suena tonto pero no puedo pensar otra cosa.

Caray, han pasado tantos años y ahora verla aquí, de carne y hueso. Yo también me hubiese infarto si fuera su padre.

Menos mal llegamos rápido a la clínica y pudieron estabilizarla, pero tuvimos que trasladarla a México ya que en su organismo encontraron algo y en España son muy delicados con esos temas, al parecer se trata de una sustancia que solo la manejan médicos y fármacos para suministrarlas a pacientes que cumplan ciertas características, si llega a consumirla una persona normal se irá deteriorando su salud hasta morir, como le estaba sucediendo a Altagracia.

Insistieron mucho en empezar una investigación así que decidí traerla a México y esa chica, bueno, su presunta hija me pidió rogando que la dejara venir conmigo. Ha sido de gran ayuda con Zoe, aunque le prohibí entrar a la habitación, no quiero que Altagracia sufra otra impresión.

Hoy vino a acompañar a Regina, ella se desmayó dos veces, fue algo cómico, gritaba que se le había aparecido un fantasma en el baño del hospital y luego que la vio en el pasillo se desmayó de nuevo, menos mal ya estaba aquí para que la atendieran.

-Si las dos están aquí, ¿dónde está mi hija?

-La dejé con Matías y Daniel para que se conozcan, no te preocupes, se llevarán bien.

-¿Daniel?- trato de mantener- me vas a disculpar Regina pero no quiero que mi hija se quede sola con un violador

-Sabes bien que eso ya quedó en el pasado, Daniel lleva muchos años trabajando con niños y nunca ha pasado nada, cometió un error en su juventud pero ahora es otra persona, no tienes de que preocuparte, a pesar de que no estamos juntos sé que no le haría daño

-Regina sí confío en ti y en esta niña- la señalo- es porque son mujeres y son familia, pero no dejaré a mi hija sola con un hombre que no conozco y además tiene antecedentes, iré por ella inmediatamente y espero sea la última vez que dejas a mi hija con otra persona sin consultarme

-Tampoco me hables así, no lo hice con mala intención y ya te dije que no le va a pasar nada

-Ya- respiro profundo- solo no lo vuelvas a hacer- digo ya más calmado

Salgo del hospital lo más rápido posible y así mismo le digo a mi chofer que me lleve a la casa de Regina, en cuanto llego toco el timbre ansioso, no me gusta nada esto. Y no lo entiendo, ellos ya se habían separado, puede venir a cuidar a su hijo cuando se le pegue la gana pero cerca de mi hija no lo quiero.

-Hola tío, ¿jugamos un partido?

-Hoy no puedo, ¿dónde está Zoe?

-Mi papá le está enseñando a usar la consola

Llego a la sala y efectivamente están en esas.

-Buenas tardes

-¿Cómo estás?, ¿cómo va todo?

-Papá mira, que padre

-Mejor- contesto- si mi amor, vámonos- cojo su mochila

-¿Tan pronto?, yo quería jugar

-Otro día, despídete

-Bye

-Hasta pronto pequeña

-Adiós prima, luego voy a tu casa y te enseño

Salimos rápidamente del edificio y pido que nos lleven a la casa, no sé con quién carajos dejarla, Macarena aún no llega.

Protege A Zoe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora