Protege A Zoe (+18)

XIII

Altagracia

-Oye- lo llamo- ¿puedes decirme qué día es hoy?

Se queda callado y yo resoplo.

-Eres de pocas palabras- afirmo- ¿tienes hijos?, ¿esposa?

-No tengo permitido hablar con usted señora

-Al menos dime que día es hoy

-Es mejor que no lo sepa, va a preocuparse demás

-Pensé que tú sí tenías corazón, lo vi en tu mirada, pero veo que me equivoqué

Este idiota es más difícil de lo que creí, por mucho que he querido endulzarle el oído, no consigo mayor cosa.

-Hoy es jueves

-¿Jueves?

¿Jueves otra vez?, no sé si es una semana más o una semana menos. Levanto mi blusa y observo mi panza con preocupación, hace ya muchas horas o quizá un día que no siento a Zoe, cada vez se mueve menos, y ella por lo general es muy inquieta.

-Buenos días bebé- susurro- este señor te traerá algo rico esta vez, ¿verdad?

Veo una sonrisa asomada en sus labios. Ya cayó.

-Iré a conseguirle algo, pero será mejor que cuando venga mi compañero, no intente endulzarle el oído porque él no es como yo, ¿qué quiere?

-Ensalada- pienso- salteado de verduras con cualquier proteína

Suelta una carcajada.

-A ver, seré más específico, ¿quiere torta de pollo o de carne?, acá no vamos a conseguir otra cosa

-¿Acá?, ¿y es que estamos al otro lado del mundo acaso?

-¿Pollo o carne?, es la primera vez que tiene oportunidad de elegir, además de que no vendrá solo jamón y queso, aprovechela

-carne- pongo mis ojos en blanco

Apenas sale del cuarto me paro con cuidado, todo me da vueltas y cada vez tengo menos fuerza, y cómo no, con una sola comida, o mejor dicho "torta" al día apenas sobrevivo, solo espero que lo poco que como esté alimentando a  mi niña, aunque creo que ya se cansó.

-¿Ya no quieres más tortas verdad?

Patea.

-Aquí estás- sonrío- yo tampoco pero es lo que nos ha mantenido vivas mi amor- acaricio

Me asomo por la ventana tratando de observar cada detalle, no reconozco este lugar pero con que me memorice alguna salida y me las ingenie para salir, es suficiente.

Escucho voces y vuelvo a sentarme, aparece Lucho muy furioso y me agarra del cabello.

-¿Qué intentabas estúpida?

-Suéltame

Mi nariz empieza a sangrar y mi vista se pone cada vez más borrosa, estoy tan mareada que apenas siento los incontables  golpes en mi cuerpo.

Grito de dolor al recibir una patada en mi vientre, eso fue el detonante para que me pusiera de pie con las pocas fuerzas que me quedan. Le doy una patada y golpeo su entrepierna para luego quitarle el arma y apuntarle.

-Es la última vez que tocas a mi bebé desgraciado

-Baja la maldita arma o te mueres

Siento que me voy a desmayar pero trato de mantenerme firme, quise dispararle en la cabeza pero mis manos empezaron a temblar y cayó en su hombro, y no supe más de mí.