XXXVIII

203 20 11
                                        




Altagracia


-Cristin- la llamo

-Cristina Doña, ¿se le ofrece algo?

-Ajá, Cristin- veo a mi hija- necesito un sofá cama no muy grande, un tablero y una jaula para ese perro

-¿Lo vas a meter a una jaula?

-¿Y quién lo va a cuidar cuando duermes?, ya estás por quedarte dormida y tu hermana y yo estamos trabajando

-También se dormirá conmigo

-Cristin todo para hoy, ah- recuerdo- ¿ya pediste los uniformes para Zoe?

-Sí Doña, acabo de llamar a la directora de la escuela y dice que no será posible pasar a la niña a tercero sin una prueba especial, además ella considera que es muy pequeña

-¿No será posible?- me río- eso ya lo veremos, mañana concretas una cita, necesito que observes a los niños de tercero, si son demasiado grandes le dices a la directora que entrará a segundo a el aula de mi sobrino, con o sin prueba Zoe no entrará a primero y menos al kinder, no es justo

-Está bien Doña

-Puedes retirarte

Le paso el contrato a Mónica y de reojo veo a Zoe conversar con Dulce, las pobres quedaron achantadas después del regaño que les di, hemos pasado gran parte del día en la empresa y Zoe no ha hecho más que jugar con su perra, tumbaron una maqueta y dañaron una silla, así que tuve que obligarlas a quedarse frente a mis narices en total quietud y silencio. Ese perro hace todo lo que ella hace, eso es bueno, a veces se pone juguetona pero ella logra calmarla, está aprendiendo a educarla.

-Todo está bien- dejo el documento- se me hace que me trajiste con la excusa de revisar los contratos para tenerme aquí

-Solo quiero que te entretengas y te familiarices con la empresa, vas a ser nuestra abogada y algún día serás socia de Zoe, este será un patrimonio para ustedes

-¿Qué?, ¿quieres que trabaje para ti?

Asiento.

-Wow, pero no sé, ya te dije que extraño España

-Porque allá tienes trabajo, amistades, pero aquí también puedes conseguir eso, incluso ya lo tenías, solo es cuestión de que refresques la memoria

-Te confieso que ya me acuerdo de muchas cosas en comparación a cuando llegué, pero no me siento la misma de antes, es como si fuera dos personas ¿sabes?, me rige mi personalidad después del altercado, aquí todos me llaman Mónica pero de Mónica ya no queda mucho

-Lo sé, créeme que me doy cuenta, pero tengas la personalidad que tengas, Dulce o Mónica, eres mi hija y me haz devuelto la vida- tomo sus manos- no sabes lo feliz que me hace que hayas creído en mí a pesar de que siguen algunas cosas sin aclararse

-Te dije que tenía muy buenos recuerdos contigo pero también tengo unos amargos, todo lo que me hiciste por Saúl

-Pero debes saber que en ese momento yo no sabía que eras mi hija

-Sí- asiento- pero es que..

-¿Qué te inquieta tanto?

-No entiendo cómo puedes hacer tantas cosas, secuestrar y matar gente, mandar a tu hija lejos y no verla constantemente, hacerte pasar por muerta, acabar con tus enemigos uno a uno, prenderle una bomba a un hombre

-Shh, baja la voz, Zoe no puede enterarse- suspiro- y posiblemente no lo entiendas nunca, pero es lo que soy, a mí quien me las hace, me las paga, la justicia en este país no existe ¿sabes cuando le llegaría justicia a tu supuesta muerte?, nunca. Yo no me iba a quedar esperando que ese tipo se saliera con la suya como si tu vida no valiera nada, desde que era tan solo una niña y vi cómo le arrebataron la vida a mis padres y mi novio, desgraciaron la mía y la policía no le tomó la más mínima importancia, supe que debía hacer justicia por mi propia mano, este bien o mal

Protege A Zoe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora